El adiós a Juan Melé
Por Oscar Smoljan, Director Museo Nacional de Bellas Artes Neuquén
Juan Melé será recordado por muchas razones. Fundamentalmente como uno de los pioneros de las vanguardias de los años 40 a través de la Asociación de Arte Concreto Invención, pero también como académico, docente, escritor y conferencista. Su obra forma parte del patrimonio de importantes museos y su nombre se asocia a los de otros grandes del arte moderno universal.
Pero especialmente para nosotros, para la historia del MNBA Neuquén, que es parte de la historia de la Cultura de nuestra ciudad en la última década, Melé es el protagonista de uno de sus capítulos más trascendentes, como fue, el haber recibido su donación de más de 60 obras con la condición de que éstas fueran expuestas en otros museos, del país y del mundo.
Este enorme gesto de generosidad del artista coincidió con dos hechos no menores: por un lado, su primera muestra en Neuquén, la que incluyó su presencia, y por otro, su cumpleaños.
A la luz de la historia, que siempre es dinámica y se nos adelanta constantemente, esa sucesión de gratos momentos que ya son parte del pasado: la donación de sus obras, la inauguración de su primera –y única- muestra en el MNBA y su cumpleaños, cobran en estas tristes horas una dimensión distinta y mucho más profunda.
Por empezar, su legado constituye el mayor cuerpo de obras de este artista consagrado que pueda ostentar museo alguno, no ya en Argentina, sino en el mundo. Y esto amerita aquí una personal referencia: al conocer la donación, Luis Pérez Oramas, curador latinoamericano del Museo de Arte Moderno (MOMA) de Nueva York, me expresó personalmente sus congratulaciones -no exentas de cierta “sana envidia”- por haber conseguido, Neuquén, tal cantidad de obras de Melé, algo que su museo, y estamos hablando del más importante museo de arte moderno del mundo, según él mismo me dijo, no había logrado conseguir. El comentario honra al museo pero también a nuestra ciudad.
Melé tuvo un gesto que encierra muchos mensajes. Resolvió donar sus obras para que estas estuvieran contenidas en un museo, pero no eligió cualquier museo, fue el MNBA Neuquén y no a otros más antiguos y tal vez con más historia.
Eligió un museo del interior del país cuyos primeros pasos y más tarde su propio camino ha venido transitando los senderos del arte moderno, el arte conceptual, el arte cinético, el arte concreto y las vanguardias de todas clases. Un museo joven abierto a los nuevos lenguajes del arte.
Pero también el legado de Melé incluía el compromiso de exponer y difundir esa obra que ya es patrimonio de todos. De esta forma, la donación de Melé abrió las puertas de una nueva etapa en la historia del MNBA Neuquén: el tiempo del museo itinerante, el centro cultural que exhibe colecciones, trae muestras temporarias de excelencia, pero que también muestra su patrimonio a otros museos y centros culturales del país y el mundo.
Fue un legado que coincidió con su cumpleaños. Un regalo para este museo, para la ciudad a la que pertenece y para nosotros, pero quizás también un regaló que él mismo decidió darle a su propia historia.
Nunca lo sabremos con certeza. Quizás sea sólo una idea en medio de la reflexión que nos propone siempre la muerte de un grande, pero tal vez en esa encrucijada que la vida le presenta a los mayores cuando se acerca el tiempo de definir su existencia, Melé haya comprendido que el mejor obsequio que podía hacerle a sus ochenta y ocho años de infatigable creador, era legarle su obra a un museo joven que la pusiera en valor y la mantuviera viva, para conocimiento de las generaciones que le sucederían.
Hoy Melé ya forma parte de los grandes creadores que dieron lo mejor de sí para hacer del arte argentino uno de los más importantes del mundo. Su vida es parte de la historia. Pero para nosotros, esa donación, gestada al final de sus años y que le cambió la vida al museo y a nuestra misma ciudad, ese legado lleno de mensajes, es sin dudas su última obra.
Juan Melé será recordado por muchas razones. Fundamentalmente como uno de los pioneros de las vanguardias de los años 40 a través de la Asociación de Arte Concreto Invención, pero también como académico, docente, escritor y conferencista. Su obra forma parte del patrimonio de importantes museos y su nombre se asocia a los de otros grandes del arte moderno universal.
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