El asado vale más del doble que en Buenos Aires

En las carnicerías de Neuquén y Bariloche se observan los precios más altos de la región. Y no sólo el asado, también los cortes para preparar las clásicas milanesas o empanadas se pagan mucho más caro que en la capital del país.

Pese a que aumentó la oferta de hacienda en la región al sur de la barrera del río Colorado, el diferencial de precios que debe pagar el consumidor respecto del norte de la Patagonia por un kilo de asado pareciera no ceder.

Otro dato llamativo es que los valores del kilo de carne en góndola en Neuquén y Bariloche son similares pese a que es mayor la oferta de hacienda en esta primera ciudad.

*Los valores reflejados se obtuvieron en el mes de noviembre en carnicerías de barrio.

Sin dudas la barrera sanitaria es la que hoy está elevando los precios de la carne.

Otros cortes, también de alto consumo, mantienen esta diferencia. Para llevar a la mesa una fuente de milanesas, nuevamente nos vemos afectados por los precios de por sí elevados de la carne vacuna.

*Los valores reflejados se obtuvieron en el mes de noviembre en carnicerías de barrio.

¿Para qué sirve mantener la barrera?

Para sostener un estatus sanitario con hacienda libre de aftosa sin vacunación, una enfermedad que impide exportar parte de cortes de carne hacia destinos de alto poder adquisitivo.

Para el desarrollo de la actividad ganadera en regiones, como en la Patagonia, que tiene pocas ventajas competitivas respecto de otras zonas del país con producción ganadera.

En Río Negro y Neuquén hay 0,9 millones de cabezas por habitantes, mientras que sobre la barrera el número asciende a 53,1 millón.

La pregunta que vale en este escenario es entonces: vale la pena que el consumidor pague más un corte de carne para sostener el desarrollo de una actividad. Cada gobierno debería evaluar los beneficios y costos de sostener la barrera y definir así la política a seguir.

Mientras tanto los consumidores al sur de la barrera seguimos abonando costos muy superiores al momento de organizar un asado. Y si al menú queremos sumarle unas empanadas como “entradita” la diferencia también recae en el bolsillo.

Hoy los gobiernos patagónicos apuntalan la necesidad de mantener las restricciones que impone la barrera sanitaria con ganadores y perdedores. Entre los primeros están los ganaderos y las industrias afines. Entre los segundos, el consumidor.


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