El derrumbe abre el debate por los autos en la playa de El Cóndor

Se puso en la mesa del debate si resulta necesario abrir al tránsito de vehículos entre el pie del Faro Río Negro y la bajada de Picoto.

Un fenómeno natural, que afortunadamente no tuvo consecuencias para visitantes, con un nuevo derrumbe de los acantilados del balneario El Cóndor puso en la mesa del debate si resulta necesario abrir al tránsito de vehículos entre el pie del Faro Río Negro y la bajada de Picoto ubicada a unos mil metros.

El abrupto e inesperado deslizamiento provocó sustos durante el fin de semana largo entre quienes estaban en las cercanías en el preciso momento que la marea estaba muy cerca del acantilado. Estos incidentes se repiten con el paso del tiempo, y hasta ahora no ha habido víctimas fatales en ese tramo de la villa marítima viedmense.

La comuna consideró de suma importancia que veraneantes cuenten con información sobre el estado de las mareas ya que en algunos sectores el agua encierra a las personas contra el acantilado. Además, se solicita no acampar al lado de los acantilados, y respetar las señalizaciones de advertencia, al igual que las zonas habilitadas como balneario.

En la actual gestión provincial y municipal no hay decisión sobre otras medidas más profundas que contemplen un mayor resguardo, ante la evidencia del atractivo que provoca esos sectores de la costa marítima.

Entre el pie del Faro, donde comienzan los acantilados patagónicos, y la playa de Picoto, se encuentra una de las mayores colonias de loros barranqueros de Sudamérica, pero a su vez ese accidente geográfico en pendiente es sensible. La erosión los hace retroceder a un promedio de 0,90 m por año. Entre las causas figuran las olas, la lluvia y la acción humana.

Y precisamente, la acción humana se traduce en el paso de vehículos cuyo sonido retumba sobre las capas del acantilado.

En décadas pasadas, hubo un atisbo de las autoridades municipales para vedar el acceso de vehículos para evitar el tránsito entre el pie del faro y Picoto.

Sin embargo, las costumbres, protestas y presiones de la gente que –siempre busca la comodidad- pudieron más y nadie se atrevió a sostener tal decisión.

Más allá del controversial caso, las autoridades tienen una herramienta como para definir con la comunidad ciertas restricciones. El recurso legal es la Ley N° 2.951 sancionada por la Legislatura rionegrina en diciembre de 1995.

Instituye el marco regulatorio para la utilización, protección y aprovechamiento de la zona costera de la Provincia de Río Negro, sujeto a lo preceptuado por los principios del desarrollo sustentable.

Consigna en un párrafo de su artículo 20 la prohibición del estacionamiento y la circulación no autorizada de vehículos.


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