El difícil arte animalista

A contratiempo con la urgencia de crear, Ana González Chiang prepara ilustraciones de un libro sobre fauna patagónica. El material será comercializado en varios países de Europa. La artista plástica se especializa en esta técnica minuciosa, comprometida con la vida natural y las es

NEUQUEN (AN).- «Ser artista hoy es asumir un compromiso con el momento que nos toca vivir», dice Ana González Chiang una pintora radicada hace 18 años en esta capital. Se cuenta entre los escasos exponentes de la pintura animalista de Neuquén. Nació en el sur de Chile, pero se declara «ciudadana neuquina por propia voluntad y afecto a esta tierra».

Al terminar sus estudios secundarios emigró a Santiago e ingresó a la Escuela Nacional de Artesanos, especializándose en cerámica, técnica que con el tiempo abandonó por el dibujo. Estudió arte en la Universidad de Chile. En 1984 realizó su primera exposición en el Instituto Alemán de Cultura Goethe. Su obra se centra en la problemática urbana y dibuja, por entonces, a la manera de los hiperrealistas norteamericanos. En 1985, junto a su familia, emigró a la Argentina.

Cuando conoció la obra del pintor animalista Axel Amuchástegui, quedó impactada por la técnica del gran maestro argentino, y decidió darle un giro conceptual a su obra. De esta forma, la naturaleza pasó a ser el centro temático de su actividad artística. «En mi caso -expresa-, considero que mi compromiso es con la vida natural y las especies en peligro de extinción».

Por estos días trabaja en el proyecto de ilustrar un libro y realizar una expo en Londres.

-¿Por qué existen tan pocos pintores animalistas?

– Por varias razones. El arte de hoy también es parte del ritmo vertiginoso de nuestro mundo moderno que obliga a resultados y respuestas inmediatas. La técnica realista del pintor animalista requiere de una minuciosa formación académica. Me refiero con esto, a que se debe ser un excelente dibujante y tener una gran capacidad de trabajo para saber interpretar fielmente la realidad. No todos los artistas jóvenes están dispuestos a someterse a la disciplina que exige este tipo de pinturas.

-¿A quiénes rescata en el país?

-El padre de los pintores animalistas en la Argentina es Alex Amuchástegui. Un artista con una oficio impecable e impactante. Además, una gran persona, un verdadero maestro para mí. También es importante la obra de Oscar Correa. En Neuquén, el trabajo de Oscar Campos (Cutral Co) y Iván Karl Moritz (San Martín de los Andes) han sido un gran aporte a este arte.

-¿Cuál es la relación entre el pintor animalista y el espectador?

– La relación es excelente. El arte en el siglo XX se diversificó y adoptó modos que resultaron incomprensibles para muchos. Los artistas realistas pretendemos rescatar esa relación perdida con el espectador gracias a ciertos valores estéticos como la simplicidad, la naturaleza y, sobre todo, la belleza sin eufemismos.

-¿Se es necesariamente un ecologista?

– Existen coincidencias en el trabajo de ambos. Pero el artista no debe ser necesariamente un ecologista o naturista activo. Ciertamente me interesa la preservación del medio ambiente y admiro la belleza en la naturaleza, los animales, la flora y, en especial, del paisaje cordillerano.

-¿Personalmente a qué apunta?

– A través de mi obra trato de perpetuar la vida salvaje de la Patagonia. Por supuesto, mi interés es que no tengamos que sufrir la extinción de ninguna especie o por la irresponsabilidad del hombre el deterioro de nuestro medio ambiente. En defensa de nuestro patrimonio natural sólo me queda hacer lo que sé: tomar una tela, pinceles y mi paleta con colores y con mucha minuciosidad y realismo representar a la flora y fauna a la que, también, pertenecemos.

-¿Se vende la pintura animalista?

-En la Argentina de hoy es muy difícil comercializar pintura. Estamos afuera del circuito tradicional del arte; el de las grandes galerías, subastas y museos. La pintura animalista sólo gracias a su calidad y a la propia perseverancia de sus creadores, ha ganado un mercado propio. En Europa y los Estados Unidos existen algunas galerías interesadas en este arte, pero hay que llegar hasta allá, lo que no es fácil.

-¿Tiene contemplada alguna exposición en la región?

-Sí, aunque no tengo una fecha. Actualmente estoy trabajando para un libro dedicado a la fauna patagónica y que será ilustrado con mis obras. Es una producción bilingüe en conjunto con un instituto de Londres. Es conocido el interés de los europeos por la Patagonia argentina, y gracias a un contacto realizado en Inglaterra, logré esta oportunidad. Particularmente, me encanta la idea de un libro porque de esa forma la obra se multiplica y se expande. También, tengo ofrecimientos en España de la galería Palmero para exponer en varias ciudades. Pero, por ahora estoy dedicada sólo a pintar para concretar estas propuestas.


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