El equipo de Camilo para el TC, con sello neuquino

Cuando Camilo Echevarría decidió meter un cambio en su campaña en el TC, lo hizo convencido en formar su propio equipo en Neuquén y que la parte principal de sus integrantes fueran jóvenes alumnos del Escuela Provincial de Educación Técnica EPET N° 17, de la capital.

Los resultados no fueron los mejores en el TC, si bien Camilo estuvo en equipos importantes dentro del presupuesto que manejó.

Alquiló autos y motores hasta que tuvo lo propio, con lo que nació el equipo Neuquén Energía.La historia es conocida, aunque en el regreso de Camilo a la actividad en la prueba de Centenario llamó la atención en su boxes, para el gran público, ver a jóvenes, entre ellos un par de mujeres, trabajando en el Chevrolet. Hizo una pausa en Concepción del Uruguay y reapareció en San Luis.

El proyecto que armaron Camilo y su familia tenía un lugar importante para los alumnos del EPET N° 17.El piloto cada vez que podía, en sus visitas a Neuquén, le dedicaba tiempo a estar con los futuros ingenieros o mecánicos y realizar acciones solidarias.

Cuando el Neuquén Energía se hizo realidad, tomó forma la incorporación de los alumnos, que hacen pasantías en el taller del neuquino y trabajan a la par del motorista o el responsable del chasis.

En los boxes de Centenario y San Luis llamó la atención la juventud de la mayoría de sus integrantes, como por el blanco que predomina.

Los alumnos del EPET N° 17, luego de una pasantía, se sumaron al primer equipo neuquino en el TC.

Entre los siete mecánicos se destacan Ariadna Troncoso y Maive Cayunao, integrantes de Ingeniería en la Universidad Nacional del Comahue. La tercera dama del equipo es María Blaas, a cargo la logística.

Ricardo Echevarría es el responsable principal del flamante equipo, que tiene como técnico al experimentado Pedro Viglietti.

El chasista de Camilo está muy entusiasmado con el proyecto y reconoció que “es un equipo nuevo, que apostó a futuro con un grupo de chicos que tienen muchas ganas de aprender y trabajar”.

Aseguró que “es difícil todo, empezando por la la logística, ya que Neuquén está lejos de los circuitos. Se recorren unos 60.000 kilómetros en el año y hay que viajar con el equipo completo”.

Dentro del convenio que la familia Echevarría tiene con el EPETN° 17 están las pasantías, que cumplen con las actividades escolares en el taller.

A los que más le gusta el automovilismo se quedan, como sucedió con Cayunao, quien está cerca de recibirse de ingeniera mecánico. En el caso de Ariadna, terminó la escuela técnica y comenzó a cursar en la facultad.

Viglietti destacó la capacidad de la mujer en el orden de las cosas, más cuando a alguien le gusta lo que hace. Hay veces que los varones no sienten pasión por el automovilismo, eso no sirve”.

Expresó que “a las chicas las veo muy comprometidas, van al taller, porque no están sólo en un  autódromo”.

“Comparado con el fútbol, le estamos jugando a Boca y River con un equipo de jóvenes neuquinos”, aseguró.

“Volvimos luego de un tiempo que nos llevó armar el equipo y equipar el taller”, afirmó Camilo.

La iniciativa de Camilo y sus padres no termina con el equipo, porque otra etapa de su proyecto es poder llevar a una de las categorías de la ACTC a algún piloto con proyección de Neuquén.

“La idea es poner otro auto en pista, para eso estamos trabajando”, comentó Echevarría, cada vez más cerca de su título de abogado.