El imputado nunca lloró

NEUQUEN (AN)- ¿Quién es Nicolás Rinaldi? ¿El que asegura que la noche del Balcón del Valle le acarició el vientre con ternura a María Alejandra, o el que admite que le dijo «esa cosa que tenés en la panza no es mía»?

Durante el juicio oral, el imputado apenas gesticula y sólo intercambia breves palabras con sus abogados. Cada mañana al llegar espera que le quiten las esposas y los saluda con un apretón de manos, se quita la campera de cuero y se sienta en su lugar. Al final los despide con una sonrisa. Sólo una vez, hasta ahora, fue evidente que perdió la calma: cuando fotografiaron a su madre, en la audiencia del viernes.

A los testigos los mira fijo (excepto a su ex pareja Yéssica Yornet, con quien no cruzó la mirada jamás), y muy de vez en cuando se permite una leve sonrisa ante algún comentario.

Durante años mantuvo una relación muy estrecha con Alejandra. Ahora ella está muerta, después de sufrir terriblemente. Sea culpable o inocente, Rinaldi en el juicio decidió no llorar a su antigua amiga.

Nota asociada: El juicio del dolor y las lágrimas

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