El “Karachigate”, el escándalo del que no puede zafar Sarkozy
Se cruzan la venta de submarinos y un atentado en Pakistán.
PARÍS.- Contratos de venta de armas turbios, financiación política, secretos de defensa, rivalidad en la derecha francesa y un sangriento atentado en Pakistán se entrecruzan en el llamado “Karachigate”, un escándalo de Estado que el presidente Nicolas Sarkozy no consigue quitarse de encima. La Justicia francesa investiga un presunto circuito financiero para la venta de submarinos a Pakistán –y fragatas a Arabia Saudita– en 1994 que posibilitó el regreso de forma ilegal a Francia de parte del dinero, el cual habría servido para financiar la campaña presidencial del entonces primer ministro Edouard Balladur, rival de Jacques Chirac (1995-2007). El portavoz de campaña y ministro de Presupuesto de Balladur era entonces el actual presidente francés Nicolas Sarkozy. Durante una comparecencia de más de cuatro horas ante el juez Renaud Van Ruymbeke, el ex primer ministro francés Dominique de Villepin, secretario general de la presidencia con Chirac, confirmó el jueves su “muy fuerte convicción” sobre la existencia de comisiones ilegales (retrocomisiones), según Olivier Morice, abogado de las familias de las víctimas. Quince personas, entre éstas 11 franceses que trabajaban para la Dirección de Construcciones Navales francesas (DCN) en Karachi, morían el 8 de mayo de 2002 en un atentado, cuya instrucción está a cargo del juez Marc Trevidic. Van Ruymbeke se encarga por su parte de las investigaciones financieras. Durante muchos años las investigaciones judiciales sobre el atentado se centraron en la red Al Qaeda, pero en los últimos meses se orientaron hacia una “represalia paquistaní”, concretamente del servicio de inteligencia paquistaní, tras la decisión de Chirac en 1995 de poner fin al pago de comisiones, lo cual frenaba las ‘retrocomisiones’. El caso que amenaza con convertirse en un escándalo de Estado a tan sólo 18 meses de las elecciones presidenciales de 2012 comenzó en septiembre de 1994, cuando Francia y Pakistán firman un contrato para la venta de tres submarinos franceses “Agosta” por 5.500 millones de francos (1.100 millones de dólares). (AFP)
PARÍS.- Contratos de venta de armas turbios, financiación política, secretos de defensa, rivalidad en la derecha francesa y un sangriento atentado en Pakistán se entrecruzan en el llamado “Karachigate”, un escándalo de Estado que el presidente Nicolas Sarkozy no consigue quitarse de encima. La Justicia francesa investiga un presunto circuito financiero para la venta de submarinos a Pakistán –y fragatas a Arabia Saudita– en 1994 que posibilitó el regreso de forma ilegal a Francia de parte del dinero, el cual habría servido para financiar la campaña presidencial del entonces primer ministro Edouard Balladur, rival de Jacques Chirac (1995-2007). El portavoz de campaña y ministro de Presupuesto de Balladur era entonces el actual presidente francés Nicolas Sarkozy. Durante una comparecencia de más de cuatro horas ante el juez Renaud Van Ruymbeke, el ex primer ministro francés Dominique de Villepin, secretario general de la presidencia con Chirac, confirmó el jueves su “muy fuerte convicción” sobre la existencia de comisiones ilegales (retrocomisiones), según Olivier Morice, abogado de las familias de las víctimas. Quince personas, entre éstas 11 franceses que trabajaban para la Dirección de Construcciones Navales francesas (DCN) en Karachi, morían el 8 de mayo de 2002 en un atentado, cuya instrucción está a cargo del juez Marc Trevidic. Van Ruymbeke se encarga por su parte de las investigaciones financieras. Durante muchos años las investigaciones judiciales sobre el atentado se centraron en la red Al Qaeda, pero en los últimos meses se orientaron hacia una “represalia paquistaní”, concretamente del servicio de inteligencia paquistaní, tras la decisión de Chirac en 1995 de poner fin al pago de comisiones, lo cual frenaba las ‘retrocomisiones’. El caso que amenaza con convertirse en un escándalo de Estado a tan sólo 18 meses de las elecciones presidenciales de 2012 comenzó en septiembre de 1994, cuando Francia y Pakistán firman un contrato para la venta de tres submarinos franceses “Agosta” por 5.500 millones de francos (1.100 millones de dólares). (AFP)
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