El mayor peso del Estado

panorama de Neuquén

Si el 30% del presupuesto del Estado provincial es el Instituto de Seguridad Social del Neuquén (ISSN), una solución sustentable a su desfinanciamiento debería formar parte del top ten de preocupaciones de la clase política neuquina. Ésta, por ahora, está entretenida en modificar las reglas que se pueden dar para acceder al poder. La semana que pasó se intentó una convocatoria a gobernadores para reactivar la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (Ofephi) antes de fin de año, pero todo indica que quedará para enero por factores en los que no interviene Neuquén. La caja que administra la salud y la jubilación de 70.000 aportantes y 20.000 pasivos tiene un presupuesto de 8.230 millones de pesos en una previsión de todo el Estado provincial de 29.700 millones. Durante los ocho años anteriores se mantuvo el mecanismo de financiamiento a través de los prestadores que cobran sus servicios con atraso (aunque el monto no es despreciable) y de los aportes directos del Tesoro provincial. Se acumuló presión. Todos los interesados miran para otro lado como si la amenaza fuera la erupción del Copahue que, al final, no se concreta. Y la ayuda vía aportes extras enfría la tensión. El gobernador Omar Gutiérrez subió otro escalón en su escalera de posicionamiento y se reunió con los prestadores para compartir una comida. A las pocas horas destrabó el pago de una voluminosa deuda que tenía con ellos. La anterior administración había postergado esa decisión para cumplir con los haberes de los jubilados. En las últimas horas de su gestión Jorge Sapag había dicho que iba a firmar un decreto para aumentar los aportes. Luego dio marcha atrás y lo primero que hizo el nuevo ministro fue calmar la agitación interna de las aguas para mantener a raya el creciente malestar sindical que aún pugna por obtener un bono de fin año. El diputado nacional Héctor Recalde, especialista en temas laborales, describió que lo ideal para un sistema previsional es que existan, como mínimo, once aportantes activos por cada jubilado. El sistema de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) tiene uno a uno, pero la decisión política del gobierno anterior fue asegurar ingresos de otros sectores como las retenciones, impuestos a las Ganancias y recursos de las provincias a través de la coparticipación y todavía no se logró el objetivo del 82% móvil. Neuquén llegó a un piso de tres activos por cada jubilado, no aumentó los aportes y contribuciones –que se mantienen en un promedio del 16%– y la edad jubilatoria sigue siendo menor a la del régimen nacional. La prioridad de esta megacaja provincial es que se paguen las jubilaciones en un 82% de lo que cobra un activo y se financia con “el fiado” de los prestadores médicos. El déficit de la caja previsional –de 444 millones a mitad de año– se suplió con el superávit que genera la obra social, de 500 millones. En la Legislatura hubo propuestas de diputados opositores como la de aumentar los ingresos en función de los egresos vía descuentos actualizables cada seis meses y Sapag lanzó o la idea de aplicar los ingresos petroleros a sostener la caja, al mejor estilo noruego. Por el estilo de conducción, la Legislatura no lo trató ni siquiera en comisión porque priorizó la necesidad de lapidación del anterior administrador del ISSN, Marcelo Berenguer (algunos dicen que se lo merecía porque cuando estallaba la crisis de reclamo de pagos se lo veía disfrutando de partidos de rugby en el exterior). Como Gutiérrez insiste en su estilo de no decir lo que va a hacer, no ha dado señales de una solución al mayor organismo provincial. Tampoco abonó o descartó la idea del modelo noruego. “Nos vamos a encontrar en el trabajo”, atisbó a indicar cuando este diario le preguntó sobre la resistencia gremial a cualquier cambio en los aportes o en la edad jubilatoria. Un conflicto de intereses que puede germinar en marzo cuando comiencen las clases y la liturgia neuquina encienda los reclamos de los docentes.

Mario Rojas mariorojas@rionegro.com.ar