El muralista que recupera el cementerio

El artista, que está realizando el mural del cementerio de Neuquén, cuenta a “Río Negro” que sumará en unos días un tramo de 24 metros sobre un total de cien metros cuadrados.

“La idea es completarlo hasta el predio de YPF (sobre calle Córdoba, metros antes de la calle Talero). Estuve un año y medio abocado a esto –rememora– y en 20 días más continúo.

Recuerda que lo presentó en el Congreso de Cultura de la Ciudad hace dos años y explica que percibe que está “avalado por toda la comunidad”. El muralista adelanta que si termina esta etapa “quedará todavía un tercio del mural por hacer: queremos inaugurarlo antes de las Fiestas”, se entusiasma.

Argumenta Juárez que “la idea es recuperar los espacios degradados que tiene la ciudad, especialmente uno de importancia simbólica como el cementerio”. Hasta hace lugar para colar una broma: “Siempre que me preguntan adónde estoy haciendo el mural, digo: ‘En el cementerio, pero del lado de afuera’”, cuenta y sonríe.

El plástico anuncia que el mural “cierra con un gran laberinto, pero en la etapa que voy a pegar ahora estarán lo cósmico, la luz y la vida –por eso la representación del sol–, la noche austral, la Cruz del Sur, las Pléyades… hay una luna llena gigante de dos metros de altura y una figura femenina joven –una cara mirando la noche, detalla–, habrá vitrofusión, trabajos en acero inoxidable y aportes de los niños de la Escuela de Cerámica”.

Generoso, Juárez hace un lugarcito para agradecer “a los colegas que ayudaron”; entonces menciona a la arquitecta María Eugenia Moreno y al artista plástico Gastón Pereyra.

Para el artista, realizar este mural significa “una forma de devolver a la comunidad todo lo que me ha dado”.

–¿Qué sentís que es eso?

–Me da el contenido de la identidad que yo busco. Desde lo personal y familiar hasta el trabajo… una pertenencia al lugar, y eso lo es todo.