El optimismo de la familia Solano chocó contra imprevistos en el pozo

La querella le pidió al fiscal del caso que Gendarmería custodie el lugar por las noches para evitar adulteraciones.

La segunda jornada de la “bajada al jagüel” estuvo cargada de distintos matices. El repunte en la esperanza de la familia de Daniel Solano chocó con imprevistos en los trabajos a partir de un atascamiento por hierros que demoró el operativo mucho más de lo previsto.

A diferencia del primer día, ayer Gualberto Solano, el papá de Daniel, se mostró mucho más activo y cargado de optimismo. (ver aparte)

Paralelamente en el jagüel los operarios dieron con un obstáculo no previsto. Poco después de las 11, ingresó al pozo un potente imán de 25 centímetros de diámetro para poder extraer un heladera, que había sido arrojada al lugar, y otros elementos metálicos. Sin embargo, al tratar de sacarlos a la superficie, esos objetos chocaron con unos parantes colocados para sostener caños de una bomba de agua.

Ante esto, se pretendió romper o sacar esos elementos con un gancho de hierro de grandes dimensiones pero fue imposible.

“Estos son los imprevistos con los que nos podíamos encontrar. Como dice la gente que trabaja en el petróleo: ‘el pozo manda’. Y es por eso que en la audiencia que se hizo para aprobar la bajada el geólogo que trajimos desde Salta explicó que se podía demorar hasta 30 días. Ahora esto nos ha hecho perder gran parte de esta jornada” explicó el abogado Sergio Heredia, ayer pasado el mediodía en el lugar, mientras una espesas nubes de tormenta amenazaban don descargar lluvia y granizo.

Para poder continuar con los trabajos y extraer esos parantes se pidió ayuda al municipio local para que colabore con un reflector, dado que era imposible engancharlos.

“A nosotros los tiempos nos apuran. Más tiempo significa más costos. Es el primer problema planteado y aún no se ha bajado la campana”, agregó Heredia.

La campana es la herramienta principal para esta pericia, fabricada por la empresa para extraer y limpiar el material que se encuentra entre los 50 y 80 metros de profundidad. Esas muestras serán analizadas de manera minuciosa por el grupo de 4 antropólogas.

Antes Leandro Aparicio, el otro abogado que compone la querella en representación de la familia Solano, contó que le pidió al fiscal, Daniel Zornita, que durante la noche en el sitio se ponga vigilancia de gendarmería. Es que la primer noche, la seguridad de los equipos y el sitio quedó en manos de un joven contratado como sereno por la querella.

En el lugar sigue un grupo de personas, que llegaron desde distintos puntos de la provincia para brindar su apoyo a la familia Solano. Según se informó, los trabajos continuarán todo el fin de semana.

“A nosotros los tiempos nos apuran. Más tiempo significa más costos. Es el primer problema y aún no se ha bajado la campana”,

dijo el abogado de la querella Sergio Heredia.

Mucho más positivo que en el primer día

Por primera vez, desde hace tiempo, y con un gesto de tranquilidad, Gualberto Solano, padre de Daniel, habló ayer con la prensa.

“Hoy estoy más tranquilo y con más fuerzas, no como ayer que me paso eso” sostuvo. En la primera jornada de la pericia”, dijo el hombre con gestos cansinos y un marcado acento salteño.

Solano se había mostrado contrariado y lleno de desazón cuando sostuvo que se había alterado el jagüel.

“Estoy más tranquilo”, dijo, y afirmó que tiene esperanzas de poder encontrar los restos de su hijo en el jagüel.

“Anoche hablé a Salta y me han dicho que esté tranquilo. Todos me han dicho eso. La familia me está acompañando a la distancia. Estoy con más fuerzas. Esperamos que salga todo bien”, remarcó el hombre que busca rastros de su hijo.

Datos

“A nosotros los tiempos nos apuran. Más tiempo significa más costos. Es el primer problema y aún no se ha bajado la campana”,

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