El panorama de Bariloche: de vidriera, nada
El último temporal climático dejó al desnudo las falencias de la terminal de ómnibus. La columna de opinión de Daniel Marzal.
Datos
- Descalificada durante años por su estrechez y su incomodidad, si algo le faltaba a la terminal de ómnibus es quedarse sin gas.
- Un domingo helado, hace ya diez días, la caldera explotó y Camuzzi retiró el medidor hasta que el municipio repare toda la instalación.
- En esta época pasan por el edificio unos 5.000 viajeros por día. Para ellos el frío será sin dudas una anécdota de las peores. Pero los trabajadores municipales y los de las empresas transportistas que pasan allí ocho horas por día (o más) lo viven como un castigo difícil de asimilar.
- Desde hace al menos dos décadas la terminal quedó fuera de registro por su tamaño y sus servicios, más apropiados para un pueblito de escaso atractivo turístico que para una ciudad de las pretensiones de Bariloche.
- A la ya instalada falta de teléfonos públicos, de wifi y de carga para la SUBE, se suma ahora la falta de calefacción, en días con varios grados bajo cero.
- La instalación de caloventores eléctricos es una opción, pero limitada, porque el entusiasmo por esa alternativa provoca el colapso de los fusibles.
- El Soyem dijo ayer que la tolerancia se terminó y, si no hay soluciones, impulsarán una retención de servicios.
- Si algo funciona bien es el control y la inflexibilidad de Camuzzi, que ante cualquier desperfecto con una red interna de gas se lleva el medidor y espera las reparaciones.
- Si algo funciona mal es la respuesta del municipio, que ya tuvo un caso similar en la Escuela de Arte La Llave y tardó ocho meses en realizar las obras. Ocho meses de clases sin calefacción.
- Y si algo funciona todavía peor es el plan de prevención para anticiparse a roturas de este tipo, que debería estar en la agenda de los funcionarios responsables, para que el infortunio no los tome en plena temporada. Pero es mucho pedir.
- El Emprotur tiene un abultado presupuesto, en el cual reserva –por ejemplo– una partida de 10 millones de pesos para contratar a la agencia de publicidad que diseñará las futuras campañas promocionales de Bariloche.
- Distraer unos pesos de esa caja (o de la tasa al turista) para mejorar una vidriera tan notoria como la terminal no estaría mal.
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