El regreso a clases

El pequeño Joseph Jackson corre como un loco por el pasillo. «Tiene la energía de diez niños. Es hora de que alguien le imponga de nuevo algo de disciplina», dice su enervada madre, Nicole. La mujer de 35 años acaba de inscribir a su hijo de cinco en la escuela.

Desde el jueves, los típicos autobuses escolares amarillos y negros llevan de nuevo al colegio a los niños del estadio Astrodome de Houston, el mayor refugio en la historia de Estados Unidos. Casi 1.900 niños de refugiados de Nueva Orleans viven en el Astrodome y en los aledaños albergues de emergencia instalados en el gigantesco complejo deportivo.

Hasta la fecha, los momentos cumbre de su estancia fueron sesiones de entrenamiento con estrellas del deporte y las visitas que realizaron actores como Jamie Foxx o Vanessa Williams. Trabajadores de organizaciones humanitarias entretenían a los más pequeños con trabajos de manualidades en el marco de la acción «vivir en un entorno más bonito». Los adolescentes preferían matar el tiempo en sus pandillas. Hace tiempo que los psicólogos aconsejaron integrar lo antes posible en el sistema escolar a los niños de Nueva Orleans, para que su vida se estabilice un poco y se vuelvan a acostumbrar a la rutina diaria.

Rápidamente, miembros del distrito escolar de Houston erigieron una oficina improvisada con mesas y sillas de camping, fax y copiadoras, así como archivadoras en los pasillos del Astrodome. Mientras que para el registro para los cursos de preescolar, la escuela primaria y secundaria se agolpan las familias – mayoritariamente afroamericanas- para inscribir a sus hijos, la «ventanilla» destinada a estudios superiores está prácticamente vacía.

Jemond se sienta ante una empleada del sistema escolar, aprieta contra su pecho un osito de peluche marrón, y luego le tira fuertemente de las orejas. El pequeño de nueve años lo eligió entre un grupo de peluches de todo tipo, muñecas y ventiladores a pilas. Es un regalo porque su padre lo inscribió en la escuela.

El delgadísimo muchacho con gafas redondas a lo Harry Potter parece ser un caso ideal para autoridades educativas de Houston: «El colegio es divertido. Mi asignatura favorita es Matemáticas», dice Jemond. (DPA)

Notas asociadas: DESASTRE EN ESTADOS UNIDOS: El balance podría ser menos grave que lo previsto  

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