El SAC-C hizo un despegue perfecto y ya orbita alrededor de la Tierra

SAN CARLOS DE BARILOCHE, CORDOBA (AB, DyN).- Aunque todavía faltaba el paso del satélite por Córdoba para confirmar que todo había salido a la perfección, los técnicos de la Conae e Invap se abrazaron y festejaron ayer a las 17 en Falda del Carmen, luego de saber que en la base de Poker Flats, en Alaska, habían establecido una perfecta comunicación con el SAC-C.

Inmediatamente después de que se produjo el lanzamiento, el presidente Fernando De la Rúa convocó a una conferencia para, exclusivamente en principio, hablar del satélite argentino.

«Estamos en la avanzada de la tecnología», dijo el presidente, quien destacó el valor que tendrá en el orden de las «comunicaciones» y la «producción» la puesta en órbita del satélite.

Hacía varios días que un grupo de técnicos y autoridades de Invap y la Conae aguardaban expectantes el lanzamiento en la base norteamericana de Vandenberg, en tanto que otros lo hacían en la estación terrena de Falda del Carmen, en Córdoba. Las demoras inquietaron a los expertos y funcionarios, pero en ningún caso se debieron a las condiciones o comportamiento del satélite argentino, que completó su puesta a punto antes de la primera fecha prevista para el lanzamiento.

En Bariloche, al confirmarse la fecha y la hora del despegue, unos 150 técnicos y empleados de Invap se reunieron en el club que los agrupa para seguir por televisión las alternativas del acontecimiento. No todos pertenecían al área espacial, pero eran conscientes de que un lanzamiento exitoso le abriría a la empresa las puertas grandes del selecto grupo espacial y significaría el afianzamiento de la actividad en la Argentina. Frente al televisor, algunos contaron los segundos que faltaban para el despegue, y otros chasquearon los labios -como azuzando a un caballo- cuando una bola de fuego comenzó a impulsar al transportador «Delta II» hacia el espacio. Cinco minutos después, al observar la eyección de las cofias del cohete, recién los hombres y mujeres de Invap se animaron a aplaudir. Está fresca todavía la experiencia del SAC-B de Invap, que por un defecto del cohete lanzador, en 1997, no pudo orientar debidamente sus paneles y quedó inutilizado en el espacio.

A las 17 había clima de fiesta en Falda del Carmen. El gerente general de Invap, Héctor Otheguy, confirmaba a «Río Negro» que «las mediciones son perfectas. El SAC-C superó los puntos críticos, los paneles solares están bien orientados y ya pasó la prueba de fuego». Los puntos críticos fueron la separación del primer satélite, el EO1 de Estados Unidos, y su propia separación del transportador espacial. La prueba de fuego fue el despliegue de los paneles solares, que son los que alimentan y le dan vida al satélite.

En Córdoba, la sala estaba colmada y todos seguían con expectativa las grandes pantallas donde se alternaban imágenes del cohete lanzador de la Nasa, listo para partir desde la base Vandenberg de California, con la nerviosa espera en la sala de control de Falda de Carmen de los científicos argentinos. Había docentes, investigadores, diplomáticos, funcionarios, jóvenes, todos con lecturas minuciosas sobre el SAC-C, y también con sus cámaras filmadoras y de fotografía, queriendo apurar el tiempo para comience el final con el conteo regresivo hasta cero.

Los cálculos señalaban que a las 22.45 de anoche, el satélite tomaría contacto con la Estación Terrena Córdoba, cuando sobrevolase por primera vez territorio argentino, según aseguró el Gerente de Relaciones Institucionales y Jefe Científico de la Misión SAC-C, Raúl Colomb.

Ahora Argentina tendrá en órbita su primer satélite de teleobservación, que proveerá de imágenes de todo el territorio nacional y su litoral marítimo.

Puntería

«El error normal para la órbita en un lanzamiento de este tipo es de 10 kilómetros, pero ayer la exactitud fue excepcional, ya que quedó a sólo 400 metros de la órbita prefijada», declaraba exultante a Río Negro, Alberto Ridner, gerente de tecnología de la Conea. A medida que pasaba por diferentes bases se constataba todos los pasos: despliegue de antenas, baterías solares y giroscopio y la estabilización de temperatura interior. Hay que tener en cuenta que cada 45 minutos pasa del calor al gélido frío espacial.

Durante un mes se chequearán todos y cada uno de los instrumentos que sufrieron las vibraciones del lanzamiento, para recién comenzar a «trabajar» y abrir los delicados objetivos de las cámaras al hostil ambiente del espacio.

Antecedentes del lanzamiento

Entre Estados Unidos y Argentina llevan invertidos cerca de 100 millones de pesos en los tres satélites que construyó Invap.

El primero fue el SAC-B, que en 1997 tuvo un lanzamiento fallido por error del cohete Pegasus de la Nasa. Aquel costó 33 millones de pesos -Argentina puso 17 millones- y llevaba sistemas de medición de fenómenos solares y espaciales, para ser usados en investigación científica. También en esa ocasión la Conae contó con la cooperación de Brasil, que cedió la infraestructura en la que se puso a prueba, e Italia, que proveyó paneles de medición de fenómenos solares.

Luego, a fines del 98, el SAC-A fue incorporado en la misión STS 88 del transbordador Endeavour.

Es un satélite experimental que orbita a 300 kilómetros de la Tierra con equipos de lectura de suelos y océanos, relativamente pequeño (pesa 70 kilos) que también cuenta con tecnología de control de misiones espaciales, una cámara fotográfica de tipo comercial y un magnetómetro.

Finalmente el SAC-C, el peso pesado de los satélites de Invap, cuenta entre otros elementos con una cámara multiespectral, que registrará datos esenciales para la aplicación en agricultura, ganadería, pesca y conservación ecológica de especies amenazadas.

A un costo de 45 millones de pesos, su desarrollo implicó también la participación de varios países. Estados Unidos se hizo responsable del lanzamiento, mientras que Brasil, Italia, Francia, y Dinamarca lo proveyeron de distintos instrumentos de elevada sofisticación.

Los convenios de cooperación impulsados por la Nasa son similares a los que Estados Unidos está desarrollando con la Agencia Espacial Europea y muchas veces resultan complementarios. Invap está empeñada en un programa para la fabricación de otros tres satélites, además de otros equipos especializados como la cámara multiespectral que lleva el SAC-C. (AB)