El tomate, una producción cultural que agrega valor

Por Ing. Agr. Enrique Muzi (INTA – EEA Valle Inferior)

El cultivo del tomate y su posterior procesamiento en salsa, puré o triturado son actividades arraigadas en la cultura de nuestra comunidad. Pequeños horticultores familiares del IDEVI y familias periurbanas producen tomate perita en superficies pequeñas, ya sea en chacras o en huertas domiciliarias. De acuerdo a la superficie cultivada y del perfil socio-productivo, la producción se destina al autoconsumo, elaboración de tomate triturado artesanal y/o al mercado local.
La planificación de estas actividades, que integran la producción de alimentos con la generación de valor agregado, contribuye al incremento del producto bruto local; generando capacitación de personas para la promoción y posterior inclusión en el mercado laboral. En términos relativos, el tomate triturado (la conocida botella de 970gr) agrega entre 2 y 3 veces más valor al kilogramo de tomate perita en fresco.

Desde la Planta de Capacitación y Elaboración “Almería”, ubicada sobre la calle Las Heras de la cuidad de Viedma, se viene trabajando hace muchos años en el agregado de valor, a través del procesamiento de la producción primaria local. Según Horacio Vazquez, representante legal y coordinador de la institución “la planta forma parte de Cáritas y trabaja generando actividades con una participación de 350 personas anualmente”.
En el año 2018, con motivo de formalizar el trabajo interinstitucional que se venía realizando, se firmó un Convenio de Cooperación Técnica entre el INTA y la Planta con el objetivo de desarrollar en forma asociada actividades técnicas, de capacitación y extensión con fines de promoción de procesos de innovación que involucran al medio rural.
En este contexto, se está desarrollando un proyecto en forma asociada, el cual tiene como finalidad realizar una capacitación en la producción de tomate perita bajo riego gravitacional en la Estación Experimental del INTA Valle Inferior, y su posterior procesamiento por parte de las familias que forman parte de la planta Almería. Los insumos requeridos para realizar el cultivo fueron cedidos por la Municipalidad de Viedma, el IDEVI y el INTA Valle Inferior.

Una vez cosechado el tomate se trasladará hacia la Planta Almería para dar comienzo a su procesamiento por parte de las personas que anualmente se capacitan en la Planta. A la mayor cantidad de tomate se las destinará para la elaboración de las botellas de tomate triturado, y además se seleccionarán los frutos que presenten buen tamaño, uniformes, sanos y de mejor apariencia para la autoproducción de semillas.
¿Cómo obtener la semilla para la próxima temporada?
La técnica que se utilizará para la producción de semillas consta de una serie de pasos. En primer lugar vamos a extraer las semillas que se encuentran adheridas a la pulpa, las volcaremos en un recipiente y las dejaremos reposar durante dos días. Durante este tiempo las semillas y la pulpa fermentarán, es conveniente revolver el líquido varias veces al día para favorecer el desprendimiento de las mismas. Trascurrido dicho periodo, las semillas se encontrarán depositadas en el fondo del recipiente; deberemos secarlas sobre un tamiz o paño en un lugar seco y ventilado evitando el sol directo. Para finalizar, una vez secas, recomendamos almacenar las semillas en una bolsa de papel o frasco de vidrio; rotulamos y las guardamos en un lugar frio, seco y oscuro.
De esta manera se logrará obtener semillas de tomate que servirán para dar inicio a la próxima temporada. Esta técnica es posible debido a que el cultivar utilizado es de polinización abierta y se encuentra alejado de otras variedades de tomate.