El viejo síndrome de «Batman y Robin»

Soria utiliza imágenes cómicas y populares para definir cuestiones complejas. Como cuando un especialista en informática resuelve problemas de alta tecnología con fórmulas de baja tecnología.

Entonces no es raro escucharlo comparar el rostro de Aldo Rico con el de un «autito chocador» o hablar de las conductas policiales al estilo de «Batman y Robin».

– ¿Se puede vivir de la profesión de policía?

– En la provincia de Buenos Aires el policía tendría que vivir muy bien como policía. Porque no solamente no cobra un salario digno sino que hay una mala práctica con las «horas cores», que son todos suplementos que engrosan mucho el salario del policía. Pero estoy absolutamente convencido que es insuficiente una fuerza de 45 mil personas para controlar la seguridad pública de 15 millones de habitantes.

– ¿Cuántos serían necesarios?

– Por lo menos se necesitan 20 mil policías más. Por eso la gran conflictividad social que traen los modelos económicos que hemos elegido, el aumento de la droga, el alcoholismo, la desintegración familiar, el cambio de hábitos, de valores, de conductas, no se resuelven a través de Batman y Robin o el «Malevo» Ferreyra. No se resuel-ven desde una sola persona. Yo le estoy haciendo un favor a Rico diciendo: «mire Rico, solo no va a poder resolver esto». Porque la gente puede llegar a pensar que por la sola personalidad de Rico, que es medio misteriosa, que es atropelladora, hasta la cara de él es la cara de un autito chocador, es decir, que él solo podría llegar a correr a los delincuentes o corregir a la Policía. Yo creo que es un error, porque la Policía va a seguir siendo igual, los delincuentes van a seguir robando y el pobre Rico, dentro de quince días, va a estar destruido ante la opinión pública. El problema de la seguridad es mucho más complejo. ¿Qué participación tiene la economía en esto? Hay que recaudar más impuestos, hay que construir más cárceles, hay que pagarle mejor a la policía, hay que darle mejor equipamiento.

– Pero el conflicto se agudiza, cada vez más gente está fuera del sistema.

– Por eso, no se trata de meterle garrotazos a la gente. Tendríamos que ir a las cárceles y ver que el 95% de los presos no tiene estudios primarios completos.

– ¿No es lógica la aparición de Rico?

– Es una cuestión marketinera.