En Allen existe una clara y específica diferenciación entre las áreas urbana y rural
Al analizar la primera estructura histórica de la ciudad, se observa que el ejido municipal está definido por el decreto nacional 8.464/43, firmado por el presidente Pedro Pablo Ramírez en el año 1943. Allí se determina una superficie total de 12.826 hectáreas correspondientes a dicho ejido. Es en ese decreto donde ya se incluyen 387 hectáreas exclusivamente destinadas al casco urbano.
En el actual Código Urbano -que data del 15 de abril de 1982-, sancionado durante la última dictadura militar por el Poder Ejecutivo de la Provincia de Río Negro (decreto 385), se establece una estructura urbana definida según las hegemonías culturales de hace 25 años, donde puede observarse qué parcelas están afectadas al espacio urbano y cuáles integran la zona rural. En dicha legislación, que está vigente y no cuenta con actualización, se incluyen áreas de reserva urbana para el potencial crecimiento de la ciudad, tema que requiere de un tratamiento específico más allá de la diferenciación entre lo urbano y lo rural.
Profundizando el análisis de la separación entre el espacio urbano y el rural, se encuentra que en el año 1991 el Concejo Deliberante define la poligonal urbana (ordenanza municipal 107/91), aún vigente. Esta poligonal, con una extensión de 12.428,55 metros lineales, contiene una superficie de 583 hectáreas destinadas, específicamente, al área urbana. Como consecuencia directa, toda parcela que se ubique fuera de ella pertenece a la zona rural, a no ser que esté afectada por algún tipo de excepción. Según los datos obtenidos en el municipio, en la actualidad existen 7.066 parcelas urbanas y un total de 970 rurales. Sin lugar a dudas, estos datos sufren variaciones, dado que todo espacio ocupado por el ser humano tiene una dinámica propia que produce cambios permanentemente. En la documentación gráfica pueden observarse la actual poligonal y la última actualización de la zonificación urbana, realizada en el 2004, por medio de la ordenanza municipal 096/04.
En síntesis, se entiende que a partir de la legislación mencionada, en Allen existe una clara y específica diferenciación entre las áreas urbana y rural. No obstante, y a pesar de ello, faltan definiciones de políticas de Estado que enmarquen el crecimiento y desarrollo de la ciudad en forma armoniosa con el espacio rural que la contiene y con el entorno que genera el resto de las ciudades del Alto Valle. Para ello, son varios los aspectos a tener en cuenta, que van desde lo urbano-ambiental en su estructura física, pasando por lo histórico, lo sensorial y lo integrado por los símbolos urbanos hasta llegar a la estructura vital, compuesta por la población y sus características. Definitivamente, cada uno de los vecinos debe tener la posibilidad de habitar dignamente, trabajar, circular y recrearse, funciones elementales de toda ciudad.
Recordemos que la construcción de la ciudad es la construcción invisible del ser humano.
RUBÉN ESTEBAN CABO
Arquitecto. Cumplió funciones en la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Nación e IPPV. Ex concejal y funcionario en Allen. Vicepresidente de la Seccional II del Colegio de Arquitectos de Río Negro
Especial para «Río Negro»
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