Lectura: “Cómo me enamoré de Nicolas Cage”

La primera novela de Carla Quevedo, narra la historia de una joven actriz de 24 años con depresión y trastorno generalizado de la ansiedad que conoce a Nicolas Cage, el músico de una banda famosa que comparte nombre con el actor.

Lucía Borello

Télam

En su primera novela, “Cómo me enamoré de Nicolas Cage”, que se publica ahora en la Argentina pero fue escrita en inglés entre 2012 y 2013 -cuando vivía en Estados Unidos-, la actriz y escritora Carla Quevedo narra la historia de una joven actriz de 24 años con depresión y trastorno generalizado de la ansiedad que se enamora del músico de una banda famosa, una trama que se sumerge en las estigmatizaciones que recaen sobre la salud mental.


Año 2011. Marta, el personaje principal y quien narra la historia, es una joven argentina de 24 años que vive en la ciudad de Nueva York. Una madrugada conoce a Nicolas Cage, un músico de una banda famosa. “Marta quiere proteger la identidad de esta persona famosa por eso no menciona el nombre de la banda. A Nicolas Cage le puse el nombre del actor porque es una manera de dimensionar lo famoso que es el personaje en la ficción -cuenta Quevedo-. En definitiva, eso es lo que hacemos los actores: interpretamos a alguien que no somos. Nicolas Cage es un nombre que funciona como una máscara para interpretar un personaje que no es él”, prosigue.


La salud mental cumple un rol protagónico en la trama de su reciente novela, “Cómo me enamoré de Nicolas Cage”, que publicó Ediciones B. La protagonista tiene depresión y trastorno generalizado de la ansiedad, cuyos efectos regula con psicofármacos.
“Cuando yo escribí la novela no se hablaba de estos temas, incluso en el primer capítulo Marta dice que en el 2011 la gente no hablaba de la ansiedad como de sus mascotas -plantea Quevedo-. La salud mental en la novela es casi un personaje principal: esos pensamientos que no paran y que toman el control de la vida de Marta”.


¿Por qué crees que los lectores y lectoras quieren saber en quién te inspiraste para crear el personaje con el que está obsesionada la protagonista? ¿Crees que tiene que ver con la obsesión de saber qué es ficción y qué es autobiográfico?


-Hay algunos puntos en común entre la novela y mi vida pero es una historia que si bien parte de mí o de algunas experiencias que viví, después fueron ficcionalizadas para tramar esta historia. Pareciera que se le da un valor extra a algo si es real, como un hartazgo de la réplica y de la imagen falsa: hay muchas ganas de consumir historias reales. Sobre todo en la generación de mi hermano que es centennial, quieren las cosas reales, leer a alguien que atravesó esa experiencia y está hablando desde un lugar genuino. Y después está un sector más cultivado que tiene cierto prejuicio: “ahora cualquiera puede escribir ficción”.
Una cosa es contar una anécdota de tu vida y otra cosa es hacer literatura, eso debería estar claro. Me parece que la buena autoficción es espectacular, por ejemplo la que hace Rachel Cusk, no tienen menos mérito sus libros porque le hayan pasado. Puede que la anécdota de la que parte mi libro sea real pero después está la trama, cómo uno cuenta la anécdota y desde dónde se cuenta. Yo no soy Marta.


-En tu Instagram compartiste con tus seguidores que un librero dijo que tu libro estaba en la sección de “novelas románticas” porque tenía el lomo rosa y la autora era mujer. ¿Qué análisis hacés de esa situación?
– Hay prejuicios del trabajo artístico de la mujer, por no decir el trabajo de la mujer en general. Nunca en una nota sobre un libro o en una reseña se habla de una novela romántica escrita por un hombre. Pareciera que “novela romántica” es hablar de amor y hay un montón de hombres que han hecho toda su carrera literaria hablando de amor. Se me vienen nombres como Philip Roth, Manuel Puig, Haruki Murakami… Sin embargo, nunca dirían que escriben novelas románticas. Por lo menos esta novela no tiene las características de una novela romántica sino de obsesión, del deseo de ser amada, validada por un otro. Es más bien una novela de desamor y desencuentro.


-En el libro el apellido de Marta nunca se revela, no sabemos el nombre de “unabandafamosa”. Sin embargo, Nicolas Cage sí tiene nombre y apellido, identidad completa. ¿A qué se debe?

-El apellido de Marta no importa porque lo realmente importa es Nicolas Cage. La novela está escrita en primera persona entonces, en definitiva, las decisiones de los nombres de los personajes son decisiones de Marta. Marta juega todo el tiempo con el lector con la veracidad de la historia. Los nombres de los otros personajes secundarios, siguen el criterio de que para Marta esos son intercambiables. Es una amiga pero podría ser otra. Son personajes que están muy en la periferia porque tal cual como dice ella, lo único que le importa es Nicolas Cage.


Lucía Borello

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