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Psicopedagogía: Momento de elegir una carrera

Sensaciones de incertidumbre se suman a deseos, mandatos y posibilidades. La hermosa y compleja etapa pos secundario.

Redacción

Por Redacción

El momento de elegir qué hacer después del secundario es un salto al vacío. Todo muy interesante y hermoso concluir la etapa, sentirse grandes, fiesta, viaje si es posible, besos, abrazos ¿y después? Sensaciones de incertidumbre se suman a deseos, mandatos y posibilidades. Sensaciones ambiguas, temor a la equivocación, a frustrarse, a defraudar a otros.


Quedarse en la zona, viajar, costos. Cuáles son las intenciones de estudiar, duración, salida laboral. Es una etapa tan compleja como bella. Proceso de elegir si estudiar y qué, donde y como. Trabajar dónde, cómo, por qué y para qué. Momentos donde ya se deja de cumplir sin sentido individual, aprobar materias porque así se dice.

Comienza un proceso único, personal. Elecciones que deben surgir de cada uno, de ese deseo individual que lleva a encontrarse en un estudio.

Pero no es magia. Es un proceso y no es sencillo. Me tienta poder analizar los pequeños pasos que damos antes de llegar a la inscripción. Muchos años antes que esto suceda, debemos atravesar miles o millones de decisiones pequeñas, tal vez insignificantes. Qué remera ponernos, qué comer, qué comprar, cuándo bañarnos, con quién queremos sentarnos, a qué queremos jugar, qué canción es nuestra favorita. Infinidad de decisiones que podemos luego podemos sostenerlas, arrepentirnos o simplemente cambiar de opinión.

Esos pequeños pasos fueron construyendo una identidad, propia, única. No hay dos pasos iguales en los seres humanos. Desde esas pequeñas decisiones y el trayecto que nos fue marcando la vida iremos tomando fuerza para lograr el momento.

La palabra de los entornos es un punto para considerar. ¿Qué dicen los adultos referentes acerca de las posibles elecciones? ¿existe presión para elegir algo en menosprecio de otras? ¿es necesario continuar con el legado familiar?


Terminar el secundario es un paso hacia la adultez. A favor de este momento tan angustiante es necesario ver también la otra cara de la moneda. En la vida atravesamos muchos cambios. Producto de la prolongación de la vida, podemos atravesar décadas con una profesión. En su transcurso, es factible reinventarla, sumar otra, hacer un giro y todas las opciones que la vida ofrece.

Se cambian las parejas, los trabajos, por qué no las elecciones de carrera. Aquello que hoy abrazo con amor puede ser que lo haga durante toda la vida, o no.

El promedio de vida en Argentina hoy es de setenta y seis años. Calculando que los egresos de estudios universitarios en general oscilan entre cinco y seis años y se puede ingresar a la Universidad o terciarios a los 18 años, implica que podríamos ejercer más de cincuenta años. Si llegamos a la jubilación y queremos trabajar menos, aproximadamente cuarenta años.

Todo ese tiempo es bastante. La vida actual es ágil. Difiere a décadas pasadas. Poder atreverse a romper esquemas conocidos y lanzarse con pasión hacia otras áreas tal vez sea una buena recomendación.


Ya que puse ese término, “recomendación”, voy a atreverme a hacer una sugerencia. En la medida que sea posible, es importante que puedan realizar un proceso de orientación vocacional. Lo remarco ya que en él podemos no sólo pensar en la elección, es menester como primer paso, pensarnos como persona. Qué nos lleva a estas decisiones o indecisiones.

Suelo decir que, si no existiera la psicopedagogía, la hubiera inventado. Amo mi elección, aunque claramente modifiqué mi modo de vincularme con ella a medida que mi vida se transformaba. Salir de las carreras convencionales y animarse a explorar, investigar, armarse de paciencia para dudar, dominar la ansiedad.

Escucho vocecitas que me dicen “a los chicos de hoy no les interesa nada”. Discrepo en términos generales. Observo que necesitan espacio para expresarse, mostrar la necesidad de diferenciarse de lo conocido.

En muchas ocasiones les cuesta elegir porque nunca tuvieron que hacerlo o lograron instancias con escaso esfuerzo. Acompañar es la clave. Decidir, sin prisa, pero sin pausa.

Por Laura Collavini (laucollavini@gmail.com).-


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