“¿En el 2012 se acaba el mundo?”

Según el calendario maya, tan de moda en los últimos tiempos, el 21 de diciembre de 2012 debe cerrarse un ciclo según los cálculos que dicha civilización precolombina dejó como legado, por lo que no es de extrañar que en base al citado calendario –así como a la taquillera película “2012”, donde la Tierra se hunde bajo erupciones volcánicas, terremotos, inundaciones y tsunamis– más de uno crean que en dicha fecha el planeta desaparecerá. Pero ¿es esto pura ciencia ficción o existen indicaciones fundadas que confirmen que en el 2012 se acabará el mundo? Si consideramos las profecías dadas por los profetas de la antigüedad, un común denominador en todas es que nunca se da una fecha exacta para lo que es anunciado, es decir, nunca se relaciona una advertencia con una fecha determinada, ya que con la advertencia las personas tenemos la posibilidad de cambiar y, por lo tanto, producir un cambio en lo que tendría que haber pasado. ¿Por qué se ha vuelto tan actual esta fecha del 2012? Habría que decir que es porque muchas personas sienten que demasiadas cosas en nuestro mundo no están en orden. Destrucción, decadencia, guerras y catástrofes llevan a muchas personas a tener la sensación de que estamos sentados sobre un barril de pólvora. No obstante, un observador atento no necesita una “fecha” para darse cuenta de la situación real de la humanidad: los glaciares se derriten, el hielo de Groenlandia desaparece, las sequías en África aumentan, el hambre se propaga, inundaciones, volcanes y catástrofes medioambientales provocarán grandes migraciones de población… en base a los acontecimientos reales y al pronóstico científico se podría afirmar que en un futuro el mundo tendrá un aspecto bastante diferente del actual. Hoy muchos ya saben, a partir de las profecías dadas en la actualidad a través de Gabriele de Würzburg, que lo que se conoce como el final del mundo no significa el final del planeta Tierra sino que será algo diferente, como por ejemplo el final del comportamiento materialista, lo que se entiende como el final de lo demasiado humano, del egoísmo y de lo mundano. Esto dará paso a una humanidad más elevada y a un planeta más puro. Maximiliano Corradi DNI 27.090.991 Mendoza


Según el calendario maya, tan de moda en los últimos tiempos, el 21 de diciembre de 2012 debe cerrarse un ciclo según los cálculos que dicha civilización precolombina dejó como legado, por lo que no es de extrañar que en base al citado calendario –así como a la taquillera película “2012”, donde la Tierra se hunde bajo erupciones volcánicas, terremotos, inundaciones y tsunamis– más de uno crean que en dicha fecha el planeta desaparecerá. Pero ¿es esto pura ciencia ficción o existen indicaciones fundadas que confirmen que en el 2012 se acabará el mundo? Si consideramos las profecías dadas por los profetas de la antigüedad, un común denominador en todas es que nunca se da una fecha exacta para lo que es anunciado, es decir, nunca se relaciona una advertencia con una fecha determinada, ya que con la advertencia las personas tenemos la posibilidad de cambiar y, por lo tanto, producir un cambio en lo que tendría que haber pasado. ¿Por qué se ha vuelto tan actual esta fecha del 2012? Habría que decir que es porque muchas personas sienten que demasiadas cosas en nuestro mundo no están en orden. Destrucción, decadencia, guerras y catástrofes llevan a muchas personas a tener la sensación de que estamos sentados sobre un barril de pólvora. No obstante, un observador atento no necesita una “fecha” para darse cuenta de la situación real de la humanidad: los glaciares se derriten, el hielo de Groenlandia desaparece, las sequías en África aumentan, el hambre se propaga, inundaciones, volcanes y catástrofes medioambientales provocarán grandes migraciones de población... en base a los acontecimientos reales y al pronóstico científico se podría afirmar que en un futuro el mundo tendrá un aspecto bastante diferente del actual. Hoy muchos ya saben, a partir de las profecías dadas en la actualidad a través de Gabriele de Würzburg, que lo que se conoce como el final del mundo no significa el final del planeta Tierra sino que será algo diferente, como por ejemplo el final del comportamiento materialista, lo que se entiende como el final de lo demasiado humano, del egoísmo y de lo mundano. Esto dará paso a una humanidad más elevada y a un planeta más puro. Maximiliano Corradi DNI 27.090.991 Mendoza

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