En los residuos de la industria petrolera había una oportunidad

Una enorme pila de tambores y envases plásticos de agroquímicos que no tenían destino fue el comienzo de un proyecto que hoy es una realidad. Pensó que todo ese material podía llegar a reciclarse y en una chacra de Fernández Oro construyó un molino para triturarlo.

Acopió el plástico que había triturado y cuando lo quiso vender se encontró con que no era nada fácil comercializarlo porque ese tipo de polietileno conservaba los residuos de los agroquímicos.

Ya sin fondos por la inversión inicial y con la amargura de no haber podido dar el primer paso en la venta, se asoció con un amigo de la infancia para buscarle la vuelta al negocio. Y juntos lo lograron.

El primer paso

Armaron lavadoras con secadoras y pudieron poner a punto el primer lote de plástico, que vendieron para la construcción de durmientes de caños tubing. “Ahí arrancamos y empezamos descubrir qué materiales necesitábamos para funcionar”, recordó el joven emprendedor Raúl Assum sobre los inicios, en 2011, de lo que hoy es la planta recicladora Crisalis SRL.

La oportunidad de desarrollar el emprendimiento la encontraron en la industria petrolera, luego de analizar los materiales que procesaban las tratadoras de residuos de esa actividad.

“Acopiaban plástico pero les levantaba mucha temperatura en los hornos entonces nosotros se lo empezamos a comprar para que no lo quemen y lo recuperamos”, explicó Assum.

El 99% del material que se procesa en la planta recicladora de Crisalis es polietileno de alta densidad que proviene de la industria del gas y el petróleo.

Principales materiales

Los tambores azules y bidones blancos que pueden verse en las locaciones como así también los caños negros que se usan para encamisar los tubing, son los principales materiales que se reciclan.

Todo el plástico reciclado, contó Assum, tiene un minucioso proceso de trazabilidad que certifica su origen y tratamiento. Esa información es clave en el reciclaje para definir el uso que se le volverá a dar al material.

Cada semana un camión de Crisalis recorre las áreas petroleras para recoger el material que irá a la molienda.

Cuando está en condiciones de venta, se despacha a Buenos Aires donde las industrias lo reutilizan.

“Uno de los últimos lotes que vendimos fue utilizado para hacer baldes de albañil. Tenemos un plástico rojo que es polipropileno y que lo vendimos para hacer peines”, señaló.

En la ciudad

Los propietarios de Crisalis intentaron lograr un acuerdo con la municipalidad de Cipolletti para hacerse cargo de toda la recolección del plástico en la ciudad y reciclar las botellas.

El año pasado ese proyecto no prosperó pero los emprendedores no pierden las esperanzas de retomar las conversaciones con las autoridades para comenzar a procesar el material plástico de los residuos urbanos.

Tambores y bidones son la principal materia prima.

Fotos miguel gambera

“Empezamos con tambores y envases de los agroquímicos, pero descubrimos que no nos dejaban la cantidad de material que necesitábamos”.

“Cuando salimos a buscar en otras industrias, nos dimos cuenta de que las empresas petroleras generan muchos residuos”.

Raúl Assum sobre los inicios de Crisalis.

La carga