Horacio Marín de YPF: Argentina, en las puertas de una nueva era energética

El país está en un momento clave, se encamina a ser un exportador de energía. Pocas veces el tren de la historia nos sube al vagón de los protagonistas, y esta vez tenemos boleto.

Por Horacio Marín, Presidente y CEO de YPF

A 118 años del descubrimiento del petróleo, Argentina está viviendo una de las mayores transformaciones económicas de su historia de la mano de la industria de los hidrocarburos. Entre aquellos primeros equipos Fauk a percusión y la moderna flota de perforadores con la que contamos hoy en día, pasaron retrocesos y avances, décadas de aprendizaje y la oportunidad de desarrollar Vaca Muerta. Sin embargo, nunca nadie vio un crecimiento como el que vamos a ver en los próximos años.

En octubre logramos el récord histórico de producción de petróleo en Argentina, en buena medida gracias al crecimiento impulsado por la eficiencia que promovemos desde YPF.

Nuestra compañía superó los 200.000 barriles diarios de producción propia de shale oil, una suba del 82% en menos de dos años. Alcanzamos niveles de eficiencia operativa de clase mundial, con un costo de extracción de 4,2 dólares por barril. También sumamos tecnología y procesos de mejora continua a través de nuestros Real Time Intelligence Center (RTIC) y la implementación del Toyota Well.

Logramos hitos que hace más de un siglo, cuando arrancó esta historia, hubieran parecido ciencia ficción. Este año realizamos la primera fractura 100% remota en Vaca Muerta, mientras avanzamos con la automatización de procesos. Pusimos la tecnología a nuestro servicio, apostando a la inteligencia artificial para complementar el conocimiento de nuestros técnicos con una meta ambiciosa: queremos convertirnos en la mejor operadora no convencional del mundo. Y ya lo estamos logrando.

El avance de VMOS y del plan Argentina LNG son los ejes del cambio.

Nuestros números se acercan a los de las petroleras más eficientes de Estados Unidos y nos ponen en juego a nivel global. YPF, Vaca Muerta y Argentina ya no pasan desapercibidos en los foros mundiales, donde cada vez generamos más interés.

Desde el día número uno entendimos que la industria tiene que trabajar en conjunto para marcar la diferencia. Por eso impulsamos el proyecto VMOS, que se convertirá en la principal plataforma de exportación de petróleo y habilitará duplicar la producción de Vaca Muerta en los próximos años, un salto prácticamente sin precedentes en la historia.

La obra total lleva un 35% de avance, mientras que el oleoducto entre Neuquén y la costa rionegrina está finalizado. Además, conseguimos el Project Finance más grande de las últimas décadas para asegurar su ejecución, otra muestra de que los inversores internacionales ven oportunidades en nuestro país y confían en nuestra capacidad como operadores.

Por su parte, Argentina LNG representa para nosotros un verdadero cambio de juego. Con una inversión estimada de 35.000 millones de dólares en cuatro años, permitirá exportar 12 millones de toneladas anuales (MTPA) en su primera etapa, con potencial para llegar a 18 MTPA hacia 2030, ubicando al país en el mapa global del GNL.

La obra de VMOS tiene un 35% de avance total, y el oleoducto ya está completado.

El RIGI fue clave para que todo esto avance. Con condiciones de estabilidad, con una economía normalizada y con una industria competitiva, tenemos una oportunidad de crecimiento histórica. Para 2030, nuestra industria generará al menos 30.000 millones de dólares en exportaciones, lo que se asemeja al aporte del campo hoy en día. Esto lo estamos logrando con trabajo en equipo: ya no es un juego de suma cero, sino con todos los actores de la industria juntos y persiguiendo los mismos objetivos.

El desafío que tenemos por delante es enorme, pero la meta es clara: vamos a convertirnos en un país exportador de energía y estamos trabajando para lograrlo. Pocas veces el tren de la historia nos sube al vagón de los protagonistas, y esta vez tenemos boleto.

Liderar un cambio de esta magnitud, de esos que van a generar varias páginas en los libros del futuro, es una responsabilidad enorme, pero también nos da la satisfacción de hacer nuestro aporte para que el país tenga mejores condiciones para afrontar los desafíos de las generaciones que vienen.

A más de un siglo de aquella hazaña que cambió para siempre la historia del país, estamos en la puerta de otro punto de inflexión. Estoy convencido de que podemos lograrlo, con la pasión y el compromiso que ponemos todos los días quienes formamos parte de YPF y de la mano de una industria dispuesta a asumir el desafío de transformar a la Argentina.

Por eso, como digo siempre: respiro YPF, pienso YPF, transpiro YPF, AMO YPF.


Por Horacio Marín, Presidente y CEO de YPF

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