Entre chacras, baldíos y negocios

Desde la zona que era un basural clandestino, la gente levantó sus casas a pulmón, ladrillo por ladrillo. Invirtiendo en su ciudad, esperando verla crecer. En dirección norte-sur, la Jujuy comienza a hacerse comercial, teniendo incluso hasta dos ferreterías en una cuadra. Antes de llegar a la rotonda de las vías, hay terrenos baldíos esperando ser loteados. Un sector ya posee cordón cuneta. Circulando hacia la Ruta 22 las chacras quedaron dentro de la ciudad, mezclándose con las nuevas construcciones, de locales comerciales y viviendas.

En el barrio Fiske Menuco los vecinos están pidiendo que no les cierren la calle, porque pretenden unificarse con Asentamiento Argentino, para que sean un solo barrio, y esto les generaría muchos inconvenientes, ya que deberían extender su recorrido para poder llegar a cualquier parte de la ciudad.

Sebastián Luccioni y su esposa viven sobre la Jujuy y son los que llevan adelante la junta de firmas para que no la cierren. “Esta es nuestra calle, es muy transitada acá también, tiene vida, la necesitamos sí o sí, porque para nosotros es importante”. Luccioni mencionó que “nosotros no teníamos nada cuando llegamos acá, ni siquiera agua potable. Primero hicieron la red eléctrica y después la de agua”.

Un tramo antes de cruzar el puente del Canal Grande y después de él, es una zona muy comercial y sus rubros varían. Incluso en una misma cuadra, tres negocios por medio, hay dos ferreterías. Un rubro que por años fue conducido por hombres, hoy es atendido por una mujer, quien conoce cada detalle del local de su padre.

Silvana Villarruel asegura que “jamás sufrí discriminación, ni siquiera fui subestimada alguna vez. Es más, sabemos estar atendiendo las dos con mi mamá. Se nos puede complicar cuando vendemos cosas pesadas, pero nos la arreglamos muy bien”. Sobre la calle explica que “el tránsito fue controlado con los semáforos”.

A unas cuadras de la Ruta 22, algunas de las chacras están listas para lotear y en otras están demoliendo o construyendo.

Marcelo Ibáñez es un inversor bahiense que vive hace siete años en la ciudad. “Con este emprendimiento familiar estamos haciendo cuatro locales comerciales, porque, de alguna forma, donde hay viviendas, la gente necesita tener el negocio de barrio para poder comprar lo que necesita sin tener que irse al centro. Estamos apostando fuerte a esta calle, estamos apostando a una reforma importante, porque creemos que el próximo desarrollo viene acá”, aseguró Ibáñez.

El puente que cruza el Canal Grande fue inaugurado el 22 de mayo de 1998.

Atravesar la rotonda