La historia de la sirena que rescató Roberto de un galpón abandonado de Neuquén

La escultura está emplazada ahora al costado de las vías en el barrio La Sirena. Roberto Castillo también colocó allí una mesa y bancos que él mismo construyó.

La estatua de una sirena de aproximadamente 1,5 metros, realizada en madera por dos artistas locales, “durmió” en soledad en un rincón de un galpón abandonado. Estuvo en el lugar hasta que una changa lo llevó hasta allí a Roberto Castillo, un hombre de más de 40 años, carpintero de oficio, entre tantos otros que tiene para ganarse el “manguito” diario.

“Fui a limpiar el galpón y ahí encontré la escultura. Estaba sucia e incompleta. Le faltaban algunos detalles por terminar. La querían tirar, me ofrecí para llevarmela y me la dieron. La terminé y decidí ponerla al costado de las vías como un regalo al barrio La Sirena. También como un homenaje a las mujeres y un pedido de disculpas por parte de los varones”, contó Roberto. El hombre también colocó en el lugar una mesa y bancos que él mismos construyó con troncos de árboles que le encargaron derribar.

La escultura se encuentra a metros de calle Anaya, en el barrio La Sirena.
Juan Thomes

Su obra se convirtió así en un lindo lugar al costado de las vías, donde cruza una bicisenda y alrededor descampado. “Yo trabajo en varias cosas y cuando me piden bajar un árboles les pido que me paguen con la madera con la que hago varias cosas. Ya hice una guitarra para el taller que tienen los internos de la U11. Uno se las tiene que rebuscar”, agregó Roberto.

Hoy vive en el fondo de la casa de su hermano donde tiene una pequeña carpintería. Lo que gana le alcanza para comer y aportar para su hija de 17 años. Pero llegar hasta ese lugar no fue fácil para Roberto cuyo segundo nombre es Carlos, “pero yo no canto”, aclara. La vida lo puso a prueba en varias situaciones límites y luego de superarlas pensó que era hora de cambiar el rumbo. “Hacer este tipo de cosas y donarlas me ayuda”, concluye Roberto antes de partir hacia su próxima changa.

La escultura se encuentra a metros de calle Anaya, en el barrio La Sirena.
Juan Thomes


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