“Está en juego nuestra credibilidad”
El presidente del Tribunal Superior de Justicia, Ricardo Apcarián, destacó la importancia de la obra y aseguró que “una de las mayores virtudes del proyecto es la funcionalidad”, uno de los temas que son más difíciles de resolver en los edificios judiciales, según aseguró y se mostró esperanzado en que dentro de dos años y medio (que es el plazo de obra) los juzgados penales se puedan mudar a la nueva sede.
“Es un proceso que medido en días es muy largo y medido en años es muy corto en comparación de lo que duró la Ciudad Judicial de la Segunda Circunscripción, que fueron cerca de treinta años”, reconoció y agregó que “en este proyecto lo que estaba en juego era nuestra credibilidad como gestores de uno de los poderes del Estado. Teníamos el compromiso contraído con la ciudad y creo que lo estamos cumpliendo no sólo con Cipolletti” sino también con el resto de las circunscripciones.
Comentarios