Esta rifa es imposible de calcular

BUENOS AIRES (Enviado especial).- Siempre soñó una película como la que protagonizó. Desde su Chascomús natal, cuando peloteaba contra los frontones. De todo pasó en su carrera Carlos Berlocq (3/2/1983). Jamás le sobró dinero a la familia. Sus amigos hacían rifas para “bancarle” la carrera. Luchó, padeció altibajos emocionales, pasó años y años en futures y challengers y recién en el 2012 se hizo conocido, por una final de Viña del Mar, porque jugó los cuatro Grand Slam, porque estuvo en los Juegos Olímpicos. Hoy es el tenista del momento por su victoria ante Gilles Simon, al que llamativamente también había derrotado en los ATP de Buenos y Acapulco 2012. Su rostro estará en todas las tapas. No es Nalbandian, desde ya, pero se recibió de copero. Confesó que tuvo “mucho miedo antes de empezar el partido” (el cuarto en singles con récord 3-1) y que los nervios le recorrieron los músculos durante buena parte del extenso juego. “Es la victoria más importante de mi vida, algo impresionante (…) Nunca dio por ganado el partido, fue una verdadera batalla”, explicó en conferencia de prensa. ¿Por qué cambió su carrera? Charly lo explica. “Me di cuenta de que tengo que ser más agresivo, más ofensivo, que siempre le tengo que pegar fuerte. Antes pensaba en correr y meter la bola, pero con eso no alcanza en ATP. Mi cabeza hoy piensa en ser protagonista, por eso creo que gané” el quinto punto, analizó el tenista de 30 años.


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