¿Dónde deben dormir los perros cuando hace frío? Esto dicen los veterinarios

El lugar donde descansa una mascota influye en su salud física y emocional, sobre todo en invierno.

Con la llegada de las bajas temperaturas, muchos dueños de perros se preguntan si es momento de cambiar rutinas. ¿Está bien que duerman afuera? ¿Necesitan abrigo? ¿Es peligroso dejarlos a la intemperie durante la noche? La respuesta no es única, pero los veterinarios coinciden en algunos puntos clave: el bienestar del animal debe ser la prioridad, y eso implica mirar más allá de la costumbre o el espacio disponible.


La decisión depende de varios factores

Aunque parezca una cuestión simple, definir el lugar donde duerme un perro involucra una serie de variables. En primer lugar, hay que considerar las condiciones del entorno: si el hogar cuenta con un patio techado, un lugar cerrado con reparo del viento, o si hay espacio interior disponible. También inciden aspectos como la edad del animal, su tamaño, el tipo de pelaje y hasta su procedencia: no es lo mismo un perro que creció adentro de una casa calefaccionada que otro acostumbrado al exterior.


Más allá del frío: el vínculo emocional también importa

Fotos gentileza.-

Según explican los especialistas, los perros son animales sociales, acostumbrados a la vida en manada, y suelen desarrollar fuertes lazos afectivos con las personas con las que conviven. Por eso, el lugar donde descansan no solo impacta en su temperatura corporal, sino también en su percepción de seguridad y en el modo en que se vinculan con el entorno.

El aislamiento prolongado puede generar ansiedad, ladridos excesivos o comportamientos destructivos. Dormir en un espacio protegido, cercano a sus humanos, mejora su bienestar general.


¿Afuera o adentro? Lo que recomiendan los expertos

El consejo más repetido por veterinarios es ofrecer una zona interior donde puedan dormir protegidos. No es necesario compartir la habitación ni ceder la cama: basta con que tengan un rincón bajo techo, lejos de corrientes de aire y con una manta o cama mullida. Esto es especialmente importante en zonas donde las temperaturas bajan drásticamente o hay riesgo de lluvia, heladas o granizo.

En épocas de calor extremo, el riesgo se invierte: la exposición directa al sol o a superficies calientes puede provocar golpes de calor. Por eso, lo ideal es que las mascotas tengan acceso libre al interior y al exterior, con opciones para regular su temperatura según lo necesiten.


Tiempo de calidad, clave para su salud

Más allá del lugar donde duermen, lo que verdaderamente influye en la salud física y emocional de los perros es la calidad del vínculo con sus cuidadores. Paseos diarios, juegos, una alimentación equilibrada y un entorno amoroso ayudan a prevenir enfermedades y a mejorar su conducta.

En definitiva, cada hogar puede encontrar su propio equilibrio, pero nunca hay que subestimar el impacto del clima en los animales. Cuando el frío aprieta, resguardarlos es una muestra de cuidado… y también de empatía.


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