Lactancia materna: mitos que aún persisten y cómo derribarlos con información
Aunque está ampliamente probada su importancia, muchas mujeres siguen enfrentando barreras invisibles. Derribar falsas creencias es clave para una lactancia libre de culpa.
Del 1 al 7 de agosto se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna, una oportunidad para visibilizar que amamantar no es solo un acto biológico, sino una experiencia atravesada por factores emocionales, sociales y culturales. A pesar de los avances científicos y las campañas de concientización, muchas madres aún se enfrentan a mitos que generan dudas, frustración o abandono precoz de la lactancia.
Expertos de diferentes disciplinas coinciden: para acompañar este proceso no alcanza con dar indicaciones técnicas. También hay que ofrecer escucha, comprensión y apoyo real. Estos son algunos de los principales mitos que es importante desarmar.
1. «Si tengo pechos pequeños, no voy a poder amamantar»
Falso. El tamaño del pecho no determina la capacidad de producir leche. Con una succión adecuada y frecuente, cualquier madre puede lograr una buena producción.
2. «Después de los seis meses, la leche materna ya no sirve»
Incorrecto. Aunque se inicie la alimentación complementaria, la leche sigue aportando nutrientes, defensas y factores de crecimiento incluso después del primer año.
3. «Si el bebé llora mucho, es porque la leche no lo llena»
No siempre. El llanto no necesariamente indica hambre. También puede reflejar cansancio, necesidad de contacto o incomodidad física.
4. «No tengo suficiente leche»
Es una percepción frecuente, pero la mayoría de las veces es errónea. La clave para mantener la producción es la demanda constante del bebé.
5. «Si estoy resfriada, no puedo dar el pecho»
Todo lo contrario. La leche materna transmite anticuerpos protectores. Solo en casos muy puntuales se recomienda suspender la lactancia.
6. «Si el bebé prueba mamadera, después no quiere el pecho»
No siempre. Muchas lactancias se sostienen o se retoman incluso tras el uso de fórmula. Con acompañamiento adecuado, es posible combinar ambas formas.
7. «Mi leche es aguada»
La apariencia varía a lo largo de la toma. Pero eso no significa que no alimente. Siempre contiene lo que el bebé necesita.
8. «Si se hace con amor, amamantar debería ser fácil»
El amor es importante, pero no suficiente. La lactancia puede presentar dificultades, incluso cuando hay deseo. Por eso es vital el apoyo técnico y emocional.
9. «Después de unos meses, la leche se corta sola»
Falso. La producción depende de la succión. Si el bebé sigue mamando, el cuerpo sigue produciendo leche.
10. «Volver al trabajo impide continuar con la lactancia»
No necesariamente. Con organización, extracción de leche y asesoramiento, muchas mujeres logran compatibilizar trabajo y lactancia.
Apoyar en lugar de presionar
Derribar estos mitos no solo permite mejorar la información disponible: también alivia la carga emocional de muchas mujeres. Cuando no reciben acompañamiento real, muchas abandonan no porque no quieran, sino porque se sienten solas, juzgadas o confundidas.
Contar con profesionales capacitados —como puericultoras, pediatras, nutricionistas y psicólogos— y generar espacios de escucha puede marcar la diferencia entre una lactancia frustrada y una experiencia positiva y saludable.
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