Qué hacer si tus plantas tienen hojas amarillas: causas y soluciones efectivas
Las hojas amarillas son una señal de que algo no anda bien. Identificá el problema y recuperá la salud de tus plantas con estos consejos simples y caseros.
Cuando las hojas de una planta se vuelven amarillas, muchas personas piensan que es normal o parte del envejecimiento natural. Pero si este cambio ocurre en varias hojas o de forma repentina, es una señal clara de que algo está afectando su salud. Las causas pueden ser muchas, pero la buena noticia es que, en la mayoría de los casos, se puede revertir si actuás a tiempo.
1. Exceso de agua: el error más común
Una de las razones más frecuentes por las que las hojas se ponen amarillas es el riego excesivo. Las raíces no logran oxigenarse correctamente y eso genera estrés en la planta. Si notás que la tierra está constantemente húmeda o con mal olor, reducí la frecuencia de riego y asegurate de que la maceta tenga buen drenaje.
2. Falta de agua: el otro extremo

Por el contrario, el riego insuficiente también puede causar amarillamiento. En este caso, las hojas suelen verse secas, quebradizas y a veces enrolladas. Tocá la tierra con los dedos: si está muy seca, aumentá el riego progresivamente.
3. Falta de luz o exceso de sol directo
La iluminación incorrecta es otro factor clave. Las plantas de interior, por ejemplo, pueden ponerse amarillas si están muy alejadas de la ventana. Y las de exterior, si reciben demasiado sol directo, pueden “quemarse”. Evaluá qué tipo de luz necesita cada especie y reubicá si es necesario.
4. Deficiencia de nutrientes
Una planta que no recibe los nutrientes necesarios a través del sustrato puede presentar hojas amarillas con venas verdes o crecimiento lento. En esos casos, conviene aplicar un fertilizante orgánico o compost casero. Lo ideal es nutrir la tierra cada 20 o 30 días durante la temporada de crecimiento.
5. Cambio de maceta o estrés por trasplante
Si trasplantaste recientemente, es posible que la planta esté atravesando un período de estrés temporal, especialmente si se dañaron raíces. En ese caso, mantené condiciones estables, evitá moverla mucho y no fertilices hasta que se recupere.
6. Plagas o enfermedades invisibles
Pulgones, ácaros o cochinillas también pueden provocar hojas amarillas, sobre todo si se ven manchas o deformaciones. Revisá el reverso de las hojas y aplicá soluciones caseras como jabón potásico o una mezcla de agua y alcohol si detectás insectos.
Qué hacer si ya tenés hojas amarillas
- No arranques todas las hojas de golpe: quitá solo las que estén muy deterioradas.
- Mejorá el entorno: luz, agua y tierra saludable.
- Observá con atención durante los próximos días para ver cómo responde la planta.
Con pequeños cambios en el cuidado, tus plantas pueden recuperar su verdor y vitalidad. Prestá atención a las señales y respondé con paciencia: la naturaleza se toma su tiempo, pero siempre agradece los buenos cuidados.
Cuando las hojas de una planta se vuelven amarillas, muchas personas piensan que es normal o parte del envejecimiento natural. Pero si este cambio ocurre en varias hojas o de forma repentina, es una señal clara de que algo está afectando su salud. Las causas pueden ser muchas, pero la buena noticia es que, en la mayoría de los casos, se puede revertir si actuás a tiempo.
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