Vacaciones de invierno: una oportunidad para moverse en familia y cuidar la salud de los chicos

Especialistas advierten sobre los riesgos del sedentarismo infantil y proponen hábitos saludables para estas semanas. Solo 60 minutos al día pueden marcar la diferencia.

Según el Ministerio de Salud de la Nación, más del 30% de los niños y adolescentes de 5 a 17 años presentan sobrepeso u obesidad. A esto se suma un promedio de tres horas diarias frente a pantallas, lo que reduce significativamente el tiempo destinado al juego activo o el ejercicio físico.

Los chicos tienen que jugar, moverse y vernos a nosotros hacerlo también”, explicó la doctora Sonia Costantini en su habitual columna de salud en RÍO NEGRO RADIO, y remarcó que el ejemplo de los adultos es clave: “Los padres debemos ser influencers del movimiento”.

Solo una hora al día puede cambiarlo todo


Desde la Federación Argentina de Cardiología (FAC) impulsan una campaña que propone una meta sencilla: dedicar 60 minutos diarios a alguna actividad física o lúdica con los hijos. Caminar, andar en bicicleta, jugar al fútbol, bailar o simplemente salir a la plaza son algunas de las alternativas.

Escuchá la columna de Sonia Costantini en RÍO NEGRO RADIO:

“El sedentarismo infantil se asocia no solo a enfermedades cardiovasculares o diabetes tipo 2, sino también a problemas emocionales como baja autoestima, ansiedad o depresión”, advirtió Costantini, quien además integra la Secretaría de Extensión a la Comunidad de la FAC.

Ideas para moverse en vacaciones


Los martes, podés escuchar a Sonia Costantini en «El diario del mediodía» por RÍO NEGRO RADIO.-

Las vacaciones de invierno son un buen momento para aprovechar el tiempo en familia y salir de la rutina. “Hay muchas opciones: paseos al aire libre, caminatas en la barda, salidas al río, juegos con pelota. No es necesario gastar dinero ni tener grandes recursos para incorporar movimiento”, señaló Sonia en radio.

Una estrategia divertida para los más chicos puede ser sumarse a algún baile de TikTok y después continuar con propuestas que impliquen mayor gasto físico. “El juego es una herramienta poderosa para incorporar hábitos sin que se note”, recalcó.

Cuidar también lo emocional


Los entornos familiares y escolares activos y contenedores cumplen un rol clave. Según la Guía de Entornos Escolares Saludables, los niños que crecen con estímulo al movimiento desarrollan mejores hábitos que los acompañan toda la vida.

Desde el embarazo: movimiento desde el inicio


La FAC y la Sociedad Argentina de Pediatría coinciden en que los primeros mil días de vida, desde el embarazo, son una etapa clave para fomentar la actividad física. “Cuando la mamá se mueve, el bebé también percibe el movimiento. Es una ventana de oportunidad enorme”, señaló Costantini.

También destacó la importancia del movimiento libre desde la infancia: dejar que los bebés exploren su entorno, evitar tenerlos quietos todo el tiempo y usar herramientas como el masaje Shantala para que reconozcan su cuerpo desde temprano.

Menos azúcar, más salud


En la segunda parte de su columna, Sonia Costantini hizo foco en la alimentación escolar: “En muchas escuelas, los desayunos y meriendas incluyen altos niveles de azúcar. Esto no es alimento, es un riesgo a futuro”, alertó.

Según explicó, disminuir progresivamente la cantidad de azúcar en las comidas escolares sería un paso clave para reeducar el paladar infantil. “Bajar un 10% por mes puede ayudar a los chicos a acostumbrarse a sabores más naturales. No estamos quitando comida, estamos dando salud”, afirmó.

El rol de la familia y la escuela


Además del movimiento, los hábitos saludables deben formar parte del entorno familiar. “No tiene sentido decirle al chico que salga a jugar mientras uno está tirado en el sillón mirando la tele”, dijo Sonia. “El cambio tiene que ser colectivo, con una filosofía que atraviese a toda la familia”.

También reclamó que las escuelas recuperen horas de educación física y que la actividad esté bien planificada y ejecutada: “Hay que acompañar cuando se hacen salidas, motivarlos, y no mandarles una mochila con gaseosas y papas fritas”.

Una caminata, una fruta, un buen rato juntos


Para terminar, Costantini dejó una reflexión: “Salir a caminar, hacer un picnic con frutas, jugar en la plaza… no hace falta mucho más. Solo un poco de creatividad y ganas de moverse”.

Estas vacaciones de invierno pueden ser el inicio de un cambio. Con 60 minutos al día, es posible sembrar hábitos que duren para toda la vida.

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