Este es el almacén de Don Jacobo, en Tricao Malal

Las fotos y el texto de Ricardo A. Kleine Samson recuperan la magia de las bellas historias del norte neuquino.

Este es el almacén de Don Jacobo, en Tricao Malal

Las fotos y el texto de Ricardo A. Kleine Samson recuperan la magia de las bellas historias del norte neuquino.

Este es el almacén de Don Jacobo, en Tricao Malal

Las fotos y el texto de Ricardo A. Kleine Samson recuperan la magia de las bellas historias del norte neuquino.

– Buenos días Don Jacobo. ¿Cómo le va?

– Me va muy bien. ¿Qué necesita?

– Quería saber de Usted, de su historia. Un poco de su vida…

– Por ejemplo, ¿qué?

– ¿Qué edad tiene?

– Mmmmm, más de 120 y menos de 170. No me pida precisiones…

– Pero se lo ve muy bien. Los lleva de maravillas…

– Es que me gusta vivir.

– Cuénteme, ¿dónde nació y como vino a parar acá…?

– Nací en Odessa, en la antigua Rusia zarista de principios del siglo lXX . Me trajo el hambre y la miseria. Antes de llegar aquí, viví en Cipolletti

– ¿En Cipolletti…? ¿Y que hizo ahí?

– Bueno, un poco de todo, reparé ruedas de carros, trabaje en las chacras y hasta puse una panadería…

– ¿Cómo hacía con el idioma, siendo que el ruso nos es tan difícil?

– Me ayudaban algunos paisanos y las necesidades me ayudaron más…

¿Y cuando decidió venirse a Tricao Malal?

– Las cosas no iban muy bien, ya se sentía anticipada la crisis del 30. Así que por el año 10 me vine para acá…

– ¿Y cómo se las arregló?

– No fue fácil. Me instalé allí, en aquel lugarcito con apenas una carpa, y me hice vendedor ambulante…Vendía cosas que traía de Cipolletti. Recorría esta zona en un caballo zaino que llamé Niño. Tricao todavía no existía y Neuquén aún era territorio nacional.

– ¿Cómo traía las cosas de Cipolletti?

– Me las traían en carro. Tardaban 23 días en llegar. Cruzaban por Contraalmirante Cordero.

– ¿Y que más?

– Junté unos pesos. Compré este terreno y con algunos pobladores hicimos 8500 adobes y con ellos un galponcito de 500 metros2 en el que puse este almacén de ramos generales. Traje a mi novia de Rusia y tuvimos 8 hijos, 5 varones y 3 mujeres…

– ¡¡8 hijos…!! ¿Cómo era el comercio de aquel entonces?

– Muy distinto al de ahora. En general era trueque y mucho comercio con Chile. Ellos nos traían azúcar, herramientas y nosotros lanas y carnes de la zona. En la zona había mucha actividad rural…

– Además de trabajar y criar hijos… ¿qué otra cosa hacían?

– El día más esperado era el 25 de mayo. Esta calle se llenaba de gente, hacíamos empanadas, venían payadores, carreras de sortijas, bailes… ¡Vino, guitarra y alegría…! En 1955, Don Ricardo Retamal fue contratado por la estafeta de correos de Chos Malal y entonces, todos los miércoles, iba a caballo a buscar la correspondencia para la gente del pueblo y los diarios El Mercurio de Chile, La Nueva Provincia de Bahía Blanca y La Nación de Buenos Aires. Tardaba 16 horas en ir y venir. Los diarios los poníamos en una mesa del negocio y todos venían a leerlos. Desde entonces, esta vida no ha cambiado tanto…

– ¿Y después?

– Con la ayuda de mis hijos Issac, Gregorio, Abrahan y Leon, abrimos otras sucursales en Chapua y Aquihueco. Los años pasaron, los hijos crecieron, se fueron casando, vinieron los nietos y se fueron yendo. Estoy agradecido a las muchas personas que me ayudaron en este sueño que traje de tierras tan lejanas…La vida fue dura, pero estoy contento. Y finalmente en el 2004, con mucha pena, cerramos.

– Pero ahora está abierto…!! Hay gente comprando adentro…¡La estoy viendo!

– Así es, uno de mis nietos junto a su esposa y su hija, mi bisnieta, lo volvieron a abrir el 17 de octubre del 2014 en un corajudo intento de revivir una nueva historia y las paredes vuelven a hablar ¡Ahí lo tiene, escúchelo…!

– ¡¡Qué lindo…!! Cuénteme Don Jacobo. ¿Cuando falleció?

– En el 47…

– Pero se lo ve muy bien…

– Es que me cuesta irme para siempre…

– Chau Don Jacobo y gracias.

– ¡¡No, no…!! Espere, espere. Por favor recuerde insistir a los vecinos de la lista que aún me deben envases de cerveza y Dama Juanas que por favor me las devuelvan…Y no olvide ofrecer ese hermoso y abrigado par de medias de lana tejidas a mano que las tengo en oferta y, hasta ahora, nadie las ha usado…Sino, me las traigo al cielo. Adiós.

Ricardo A. Kleine Samson

ricardo.kleine@ricardokleine.com.a

www.ricardokleine.com.ar


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