Falleció Jaan Kross, la conciencia narrada de Estonia

TALLÍN (DPA).- El escritor estonio Jaan Kross murió ayer a los 87 años en su ciudad natal, Tallín, informó la agencia de noticias STT en Helsinki. Kross estaba considerado desde hacía años como uno de los aspirantes al Premio Nobel de Literatura. Estuvo encarcelado durante varios años en Siberia durante el dominio soviético de los países bálticos. Entre sus obras destacan «El loco del Zar» y «La partida del profesor Martens».

El escritor estonio Jaan Kross mantuvo su irónica humildad incluso en la cima de su fama internacional: le gustaba considerar su obra, traducida a más de 20 lenguas, como fruto de un «historiador aficionado». Y bromeaba: «Acaso se trate, en cierto modo, de pereza», porque recurrir a la historia le permitía no forzar demasiado la imaginación.

Reflejó de forma incomparable la cambiante historia de su país a través de cuentos y novelas.

Distinguida por su fino humor y una gran humanidad, su obra tuvo una influencia determinante en su país y alcanzó renombre internacional. El autor también logró disfrazar en relatos históricos una ácida crítica a los años en que Estonia quedó reducida a una parte de la Unión Soviética.

Kross describió la vida del noreste de Europa durante el siglo XX conjugando con maestría el reflejo de destinos individuales con el de grandes movimientos políticos históricos. El propio Kross pasó ocho años deportado en Siberia, hasta su regreso a Tallín en 1954. En esta ciudad vivió y trabajó con Ellen Niit, reconocida poetisa y autora de literatura infantil.

Su implicación en la lucha por la independencia y su breve experiencia como parlamentario le granjearon una gran credibilidad moral. «No me siento como la figura más importante de la literatura estonia», dijo poco antes de su muerte el autor.

Nacido el 19 de febrero de 1920 en Tallín, con apenas 16 años Kross comenzó a publicar cuentos y poemas en diarios juveniles.

En 1944 fue detenido. En cuanto fue liberado lo apresaron las autoridades soviéticas y lo deportaron a un campo siberiano.


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