Femicidio de Leticia Gómez: la Fiscalía pidió prisión perpetua para Bravo

Para el fiscal Garrido la pena máxima le corresponde por el delito de homicidio agravado por el vínculo y la violencia de género preexistente. 

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Foto César Izza

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El fiscal Luciano Garrido solicitó la pena máxima para Mario Bravo por el femicidio de su ex pareja Leticia Gómez, ocurrido en junio del año pasado en General Roca.

Para Garrido, Bravo es culpable del delito de homicidio agravado por el vínculo y por el marco de la violencia de género preexistente. La querella, representada por el abogado Marcelo Hertzriken Velasco, se pronunció en el mismo sentido: pidió prisión perpetua por los mismos cargos.

La defensa de Bravo, ejercida por los abogados Iribarren y Oscar Pineda solicitaron una pena por debajo de la prisión perpetua pero no aclararon el monto específico. Si bien tenía derecho a hacerlo, el imputado decidió no declarar.

El veredicto se conocerá el 9 de abril a las 12.

Daisy Gómez, hermana de Leticia, espera que el tribunal resuelva la prisión perpetua. «Los abogados están trabajando bien… pero esto no sirve de nada. Mi hermana no va a volver», declaró a «Río Negro». En relación a las expresiones a favor del acusado dijo que «las familiares de Bravo mienten», que «se acomodan como a ellos les conviene» y «lo defienden».

Se desarrolló más temprano la audiencia de cesura en la sala de audiencias de la Ciudad Judicial de Roca, con la presencia del imputado junto a sus defensores Iribarren y Pineda. También estuvo la querella representada en Daisy Gómez, hermana de la víctima, junto a su abogado Marcelo Hertzriken Velasco. Por la acusación, participó el fiscal Luciano Garrido.

Cada una de las partes formuló sus pedidos de monto de pena.En primer lugar, se escucharon los testigos propuestos por la defensa.

Expuso Patricia Inés Martínez, licenciada en psicología, especialista en técnicas proyectivas y con una maestría en criminología forense. Martínez no analizó directamente al imputado sino los informes de sus colegas peritos Muller y Bermal. Explicó que, según Muller, el imputado tenía dos trastornos de personalidad: de dependencia y obsesivo compulsivo.

La profesional señaló que su opinión personal es que «el acto criminal se podía haber dado por emoción violencia». «Por lo que vi no era un hombre violento (…) Es un hombre que amaba a las mujeres», indicó.

Sin embargo, sobre la relación dijo que era asimétrica por la edad, bajo el modelo «padre-hija», que no era una «relación normal entre pares» y que eso genera situaciones pasionales viserales. «La relación vincular de pareja no iba a ser nada fácil», concluyó.

Luego fue el turno de una prima de Bravo, de nombre Vilma, quien se identificó como integrante de un movimiento de mujeres. Describió al imputado como un «defensor de los derechos de las mujeres», un «hombre amoroso con sus hijas, presente y protector»; «sumiso de alguna manera», y que «cambiaba su personalidad cuando estaba con ella (Leticia)»..


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