Frank Zappa, el irreverente08-12-03

El jueves pasado se cumplieron 10 años del fallecimiento del músico y guitarrista estadounidense Frank Zappa, considerado uno de los más inspirados y revolucionarios creadores del rock, quien al morir a los 53 años dejó un legado estético innovador en materia de sonoridades, armonías e instrumentaciones.

A partir de sus innatas dotes artísticas para componer, arreglar, orquestar y tocar, el músico creó una síntesis sonora personal, a la que adosó una poética propia que transitó por la denuncia social sin jamás abandonar la ironía.

En la génesis de su obra, mixturó con sentido artístico y sin complejos la suma de músicas que más le interesaban: las bandas de doo-woop y de rhythm and blues y las composiciones de Igor Stravinsky y Edgar Varese.

Además de esa mezcla a la que sólo él logró encontrarle aristas de encuentro y combustión, sumó a la estructura rockera la incorporación de instrumentos como el violín y la marimba.

Sobre esa llamativa propuesta sonora montó un carácter provocador y satírico que marcó su obra y las no siempre amables relaciones con el establishment del rock.

Nacido en el seno de una familia greco-siciliana el 21 de diciembre de 1940 en Baltimore, estado de Maryland, la vida de Zappa, sin embargo, está íntimamente ligada a California, donde se crió y desarrolló toda su carrera profesional a partir de mediados de los '60, cuando formó su primer grupo, The Mothers of Invention.

Aunque la banda se disolvió pocos años más tarde, el espíritu de esa propuesta conjunta -aún con cambios y modificaciones de nombres- acompañó toda la trayectoria de un músico siempre solista desde entonces y que concretó alrededor de un centenar de registros.

Algunos de los títulos que abonan una leyenda musical que siempre caminó por fuera del circuito promocional del rock fueron los setentistas «Overnite Sensation», «One Siza Fits All», «Apostrophe» y «Zoot Allures». Ya en los '80 y tras pelearse con su manager y mano derecha Herb Cohen, el creador decidió iniciarle juicio «por incumplimiento de contrato» a su compañía discográfica (Warner Bros) y desde entonces se agravaron sus problemas de difusión y distribución de discos.

Sin embargo fue durante esa década que logró colocar una placa entre las más vendidas («Vallery Girl», de 1982) y también obtuvo su único premio Grammy («Jazz From Hell», álbum instrumental de 1989).

Hasta que un cáncer de próstata comenzó a alejarlo de los escenarios -su última gira la efectuó en 1988-, Zappa no declinó en su prédica musical de enorme apertura ni en su posición irreverente a la hora de componer y de declarar.

Como muestra de esa actitud quedó su candidatura a presidente de los Estados Unidos en 1991 porque, señaló, «los demócratas no creen en nada, excepto en que quieren ser republicanos. Y los republicanos creen sólo en la codicia y la ignorancia envueltas con cintas y globos de colores».

Antes, en octubre de 1985, en ocasión de un debate en el Senado, cuando un grupo llamado Parents Music Resource Center (PMRC) propiciaba censurar al llamado «porno-rock» por el tenor sexualmente explícito de sus letras, Zappa respondió que tal petición «es como tratar la caspa decapitando al que la sufre».

Sin dejar de trabajar pese al avance implacable de su enfermedad y dándose el gusto de que el reconocido grupo alemán de música contemporánea Ensemble Modern estrenara varias de sus composiciones en el evento «The Yellow Shark», Zappa falleció en su cama y rodeado por su familia el sábado 4 de diciembre de 1993. (Télam).


El jueves pasado se cumplieron 10 años del fallecimiento del músico y guitarrista estadounidense Frank Zappa, considerado uno de los más inspirados y revolucionarios creadores del rock, quien al morir a los 53 años dejó un legado estético innovador en materia de sonoridades, armonías e instrumentaciones.

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