Las dramáticas horas que vivieron los barilochenses rescatados en la Línea Sur

El grupo que era buscado desde el domingo se extravió con el temporal de nieve y pidió ayuda en la vivienda de un poblador de Chacay Huarruca.

Cuando los efectivos policiales encontraron a Alicia Ocampo y a su hijo en la noche del lunes, la mujer de 40 años no paraba de agradecer acongojada. A unos cuantos kilómetros, Hugo Trejo, en cambio, rezaba en su camioneta tapada por la nieve esperando un milagro porque no sabía si resistiría otra noche bajo temperaturas bajo cero. Adolfo Pignon, el cuarto integrante, aguardaba la llegada de la ayuda en la escuela de Chacay Huarruca.

Los cuatro barilochenses partieron rumbo a la Línea Sur a primera hora del sábado, con la salida del sol. En dos camionetas cargaron cajas con juguetes y golosinas que tenía previsto repartir entre niños de Fitamiche, Río Chico y Las Bayas por el día del niño.

La idea era regresar a última hora de ese mismo sábado. Pero nunca llegaron. La falta de noticias alertó a la hija de la mujer que, junto a su padre, hizo la denuncia en Bariloche. Los encontraron 48 horas después.

«Le erré al camino. El plan era salir para Las Bayas pero fuimos por la ruta 80 y nos topamos con el temporal. Estaba muy cerrado, no se veía nada. Me equivoqué y salí para otro lado«, reconoció Pignon.

La camioneta de este hombre de 46 años quedó encajada en un mallín. Avanzaron con el otro vehículo unos 25 kilómetros pero también quedó atascado en la nieve. Las dos primeras noches transcurrieron en esa camioneta hasta que el lunes a primera hora, con el cielo despejado, Alicia, su hijo y Adolfo decidieron emprender la caminata para buscar ayuda.

El hombre estaba cubierto de nylons, papeles y cartones. Foto: gentileza

Mientras caminaban por la nieve, alcanzaron a ver un helicóptero y una avioneta. Sin embargo, no los vieron. Según consideraron, «volaban muy alto«.

En ese momento, se encontraban en inmediaciones de la estancia El Reloj, en Chenqueniyén, a 25 kilómetros de Chacay Huarruca. Pero no lo sabían.

«Caminamos unas 8 horas hasta que encontramos a un señor que cuidadaba un campo. Él había escuchado en radio que había cuatro personas perdidas. Alicia y su hijo se quedaron en su casa y me acompañó a caballo, durante dos horas, hasta la escuela donde había señal para pedir ayuda», relató Pignon.

Advirtió que nunca dudaron en concretar el viaje pese al temporal de nieve porque constantemente, se realizan campañas y «conocen muy bien los caminos». «Además, ya habíamos confirmado la fecha así que fuimos. Nadie corrió riesgo de nada», dijo el hombre.

Una de las camionetas no tenía combustible. Foto: gentileza

Ariel Fuentes, subcomisario de Ñorquinco, recalcó que durante la búsqueda, las condiciones eran «muy malas». «Había 30, 40 centímetros de nieve. Se atascaban los vehículos. A la zona montañosa, casi no podíamos acceder. Cuando llegamos al sector de la estancia, donde había conexión, Pignon nos avisó a dónde habían quedado los restantes», relató.

Describió que la mujer y su hijo habían pasado mucho frío y tenían hambre. «Estaban angustiados pero al vernos, se pusieron contentos. Estaban muy preocupados por el señor Trejo que estaba solo en camioneta», señaló. El hombre no los había acompañado porque tiene 60 años y no se encontraba en condiciones de caminar.

«Nos indicaron a dónde había quedado. Cuando lo encontramos, estaba rezando porque no sabía si aguantaba una noche más. Hacía 10 grados bajo cero. La nieve cubría el capot. Se había cubierto con las cajas de las donaciones y bolsas de nylon. Encendía la camioneta de a ratos para que le durara el combustible«, advirtió Fuentes.

Aseguró que una agente sanitaria lo asistió y después de brindarles alimentos, los trasladaron a Bariloche. «Estaban angustiados. Acongojados, entre llantos, nos daban las gracias», dijo.

El hombre de 60 años no logró acceder hasta la estancia. Foto: gentileza

Alicia reconoció que la desesperación llegó el domingo a la tarde cuando la ayuda que esperaban no llegaba. «Siempre avisamos a dónde vamos, cuando volvemos o si hay cambio de planes para que estén al tanto. Estábamos esperanzados de que nos estuvieran buscando pero no pasaba nada», indicó. Contó que tenían alimentos solo para un día, de modo que terminaron comiendo los turrones, las tutucas y los alfajores que llevaban para los chicos de los parajes.

«Estábamos bien. Tratábamos de que no nos gane la desesperación. De mantener la calma. No salió bien pero estamos vivos, sanos y salvos«, dijo.


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