Regina: investigan el vínculo entre producción agroecológica y la comida en escuelas

El proyecto, llevado a cabo por la FACTA, exploró acerca de las posibilidades para la creación de un programa estatal de adquisición pública de alimentos.

El martes 31 de octubre se realizó la presentación de los resultados de la investigación “Hacia la adquisición pública de alimentos locales sanos y soberanos: construyendo identidad territorial alimentaria”, en la ciudad de Regina. Dicho trabajo fue financiado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación en el marco del Programa Ciencia y Tecnología Contra el Hambre y en articulación con la Facultad de Ciencias y Tecnología de los Alimentos de la Universidad Nacional del Comahue.

El proyecto exploró acerca de las posibilidades para la creación de un programa estatal de adquisición pública de alimentos. Se priorizaron aquellas fuentes alimentarias provenientes de unidades de producción agroecológica familiar y regional para la alimentación de niños y jóvenes en escuelas públicas de nivel primario del municipio de Regina, provincia de Río Negro.

Urbanización y producción en plena convivencia.


La zona del Alto Valle de Río Negro presenta una gran diversidad en la producción de alimentos, aunque se desconoce cuánto de ella llega efectivamente a los platos de los niños que asisten a las escuelas reginenses. Las instituciones educativas públicas infantiles juegan un papel central en la alimentación cotidiana de esta población. Resulta necesario revertir su rol (re)productor de las dinámicas que impone el sistema alimentario actual, en pos de promover su papel articulador con la producción y culturas alimentarias locales.

El objetivo del trabajo fue indagar sobre las características que adquiere el Programa de Comedores Escolares en la localidad. También poder describir las concepciones de referentes vinculados al Programa y a instituciones educativas en torno a las características de la población asistida. Conocer la gestión del servicio de alimentación, las modalidades de compra y distribución de los alimentos, la definición de los menús y la preparación de las comidas y el impacto de la emergencia sanitaria por COVID-19, fueron otros de los desafíos”.

Julieta Lavin Fueyo, directora de la investigación.

De las entrevistas realizadas a familias productoras, personal administrativo, integrantes del programa escolar, directoras de escuelas y funcionarios públicos, se puede analizar que el servicio de alimentación escolar consiste en un modelo de gestión descentralizado en el municipio. “Ello ofrece la ventaja de, por un lado, fortalecer la economía local y por el otro, respetar la cultura local. Sin embargo, se conoce que la compra y distribución de alimentos a las escuelas y centros de desarrollo infantil las hace un único proveedor (excepto panificados), así como también situaciones de indiferencia a las tradiciones alimentarias locales en pos del discurso de ‘lo saludable’”, expresó Lavin Fueyo.

Los lineamientos generales para los menús se establecen a nivel provincial y el personal de cocina de las escuelas despliega sus conocimientos y habilidades para ofrecer una comida rica y variada. De ellos depende la aceptación de ciertos alimentos que no son habituales en la dieta de la población infantil. Aquí están las mayores dificultades en el caso de los cocineros más jóvenes y mayor facilidad en las cocineras experimentadas.

“Observamos que no existe vinculación alguna con las familias productoras de alimentos locales en el marco del programa de comedores escolares. Finalmente, destacamos en el relato de las directoras de escuela, una preocupación por el retorno del hambre durante la emergencia sanitaria por COVID-19”, compartió la licenciada en nutrición Celina Franceschini integrante del equipo.

Chara en producción en Regina.


De las conclusiones alcanzadas se puede conocer que la política de alimentación escolar de Río Negro requiere incorporar una mirada multidisciplinar e intersectorial en su diseño e implementación. “Resulta necesario abordar la complejidad del programa de comedores escolares con los distintos actores comprendidos en todo el circuito de producción y consumo. Fomentar la articulación entre la producción local de alimentos y la alimentación escolar no sólo promueve la economía social, el cooperativismo, la generación de redes comunitarias y la agricultura familiar, sino que también acerca el vínculo entre la familia productora y las infancias que comen en las escuelas, revalorizando la cultura alimentaria regional y la producción local”, enfatizó la directora.

Este tipo de trabajos de investigación promueve la articulación entre la comunidad, equipo de investigación, funcionarios y referentes de organizaciones sociales vinculados a la gestión de la asistencia alimentaria. Generar instancias para problematizar, discutir y construir conocimientos críticos es parte de la actividad académica.  En este caso, esta investigación es un insumo conceptual y técnico a disposición para el diseño de políticas públicas vinculadas a la producción alimentaria hacia horizontes más saludables, soberanos, solidarios y respetuosos con la naturaleza.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios