Una dieta especial en las ovejas permitió generar productos lácteos «de alto valor nutricional»

Contienen más del doble de grasa y de proteínas que la leche de vaca y cabra, además poseen un buen tenor de ácidos grasos omega-3.


Una dieta especial en la alimentación de las ovejas produjo un aumento de más del 30% en la producción de leche y un 50% más del contenido de ácidos grasos saludables, lo que permite generar «productos lácteos diferenciados de alto valor nutricional», informó Sobre La Tierra, el Área de Divulgación Científica y Tecnológica de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

La investigación, realizada por la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba) y la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ) evidenció que las ovejas alimentadas con una dieta especial aumentaron el rinde lácteo, el contenido de ácidos grasos saludables y se redujeron los costos de las raciones.

De esta forma, se prevé «llegar a los mercados con quesos, dulce de leche y demás productos lácteos con alto valor nutritivo», sostuvieron desde Sobre La Tierra.

La leche de oveja, que contiene más del doble de grasa y de proteínas que la leche de vaca y cabra, posee un buen tenor de ácidos grasos omega-3, que en estudios con seres humanos mostraron ser eficaces contra ciertas enfermedades.

«La calidad de la leche depende de la alimentación», afirmó Florencia Miccole, docente y primera autora de la investigación publicada en la revista científica Small Ruminant Research.

Y agregó que se puede «aumentar muchísimo el rinde la calidad nutricional» al modificar la dieta de los animales en momentos clave de la lactancia.

Durante el estudio, Miccoli adaptó dos suplementos energéticos muy difundidos entre los tambos vacunos -la cascarilla de soja y el grano de maíz- a la dieta de las ovejas, lo que produjo un aumento del 30% más de leche que en aquellas ovejas que comieron la dieta tradicional de pastura y maíz.

«En cuanto a la calidad nutricional, logramos aumentar un 78% los ácidos grasos omega-3 y un 30% los ácidos grasos poliinsaturados», resaltó la investigadora, además de que se liberaron áreas de los campos que quedaron disponibles para otros fines «al reemplazar parte del pastoreo por silajes», añadió.

A su vez, con tres vasos de esta leche enriquecida a través de la alimentación, los niños de dos a cuatros años «cumplirían sus necesidades de omega-3», sostuvo Miccoli, según las tablas de requerimientos nutricionales publicadas en EE.UU.

En tanto, la investigadora explicó que «en un futuro próximo se podrían producir quesos y productos diferenciados sin usar ningún tipo de aditivo», y agregó que «la producción del futuro en los tambos va a ser con datos duros», a través de la utilización de planillas electrónicas y bases de datos.

De esta manera, concluyó Miccoli, «surgirán las mejores decisiones técnicas y económicas. Todavía creo que no llegamos ni a la mitad de lo que se puede hacer, así que aún hay muchas puertas por abrir».


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