Gran Bretaña: duro revés a la salida brutal de la UE que propone Johnson

La rebelión de una parte de su propio partido Conservados dejó al primer ministro sin apoyo a al Brexit sin acuerdo, lo que podría desembocar en elecciones anticipadas.

Boris Johnson habla en la Cámara de la Comunes sobre sus planes para la salida de la UE.

La oposición británica y los rebeldes del gubernamental Partido Conservador contrarios a un Brexit sin acuerdo asestaron el martes un duro revés al primer ministro Boris Johnson, que podría desembocar en unas inminentes elecciones anticipadas.

Los legisladores volvieron al trabajo tras las vacaciones estivales, muchos de ellos determinados a impedir una salida brutal de la Unión Europea el 31 de octubre.

Especialmente tras la indignación provocada por Johnson la semana pasada, cuando anunció que suspendería las labores parlamentarias desde mediados de septiembre hasta el 14 de octubre, lo que sus opositores denunciaron como una estrategia para impedirles actuar.

Para contrarrestarlo, el miércoles presentarán y votarán de urgencia una proposición de ley que obligue al ejecutivo a pedir un nuevo aplazamiento del Brexit, hasta finales de enero, si no se logra pronto un acuerdo.
Para hacerlo posible, tenían que arrebatar al gobierno el control de la agenda parlamentaria. Y el martes por la noche, lo lograron por una cómoda mayoría: 328 votos contra 301.

Si los diputados votan mañana para detener las negociaciones y reclamar otro retraso inútil del Brexit, que podría durar años, entonces [una elección] será la única forma de resolver el tema»

Boris Johnson, primer ministro británico.

Un total de 21 diputados conservadores votaron con la oposición. Los rebeldes serán expulsados del partido, como había prometido Boris Johnson.

Horas antes, su ejecutivo había perdido su estrecha mayoría parlamentaria, de un solo escaño, con la defección del exministro Phillip Lee, quien literalmente se levantó y cruzó la cámara para sentarse en la bancada del centrista Partido Liberal-Demócrata.
Con pancartas que decían «Paren el golpe de Estado» y «Defiendan nuestro parlamento», cientos de personas se manifestaron hasta bien entrada la noche frente al Palacio de Westminster.

«Es bastante asqueroso lo que está haciendo el gobierno. No creo que estén escuchando a la gente», dijo Rachel Power, que protestaba con sus dos perros, uno cubierto con una bandera europea y el otro con la británica.

Pese a asegurar que no quiere comicios, el primer ministro había amenazado con elecciones anticipadas a mediados de octubre si los rebeldes votaban contra el gobierno.

Y el martes, tras la votación, lo concretó de inmediato: «vamos a presentar la moción esta noche», aseguró.
«No quiero que haya una elección pero si los diputados votan mañana para detener las negociaciones y reclamar otro retraso inútil del Brexit, que podría durar años, entonces [una elección] será la única forma de resolver» la situación, amenazó Boris Johnson tras la votación.
Jeremy Corbyn, el jefe del Partido Laborista, la principal formación de oposición, criticó ante los diputados «un gobierno sin mandato, sin moral y, a partir de ahora, sin mayoría», y dijo estar preparado para unas elecciones legislativas.

El costo del Brexit

16.000 millones de dólares
costaría a los británicos una salida sin acuerdo de la Unión Europea, en exportaciones hacia la UE y miles de millones más hacia otros países.

Una fuente gubernamental justificó la fecha electoral de mediados de octubre alegando la necesidad de un nuevo mandato antes del Consejo Europeo del 17 y 18 de octubre, en el que Johnson confía que la UE acceda a modificar el Tratado de Retirada firmado por Theresa May y rechazado tres veces por el parlamento.

Manifestantes contrarios el Brexit siguieron la sesión frente al Parlamento.

La UE se ha declarado abierta al diálogo pero no parece más proclive a modificar el acuerdo, especialmente su punto más conflictivo: cómo evitar una nueva frontera en la isla de Irlanda que amenazaría el frágil proceso de paz.


Según una portavoz de la Comisión Europea, Bruselas sigue esperando a recibir «propuestas concretas» de Londres. El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, que se encontraba en Dublín, llamó este martes a «Irlanda y a la Unión Europea a negociar de buena fe con el primer ministro» británico.

Johnson anunció que el lunes efectuará su primera visita a la República de Irlanda, para reunirse con su homólogo Leo Varadkar.

Para convocar elecciones anticipadas, Johnson necesita la aprobación de dos tercios del parlamento.


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