Habrían hallado restos del avión de Saint-Exupéry

PARIS.- Un buzo dijo haber localizado en el fondo del mar cerca de Marsella (sureste de Francia) el avión en el que desapareció en julio de 1944 el escritor Antoine de Saint-Exupéry, lo que reaviva una leyenda que él ayudó a alimentar con su vida de aventurero.

El buzo marsellés Luc Vanrell explicó ayer a EFE que hace 18 años localizó por primera vez los supuestos restos del avión en el que iba en misión de espionaje el autor de «El Principito», pero que entonces no supo a qué correspondían.

Hace once años, sacó algunas fotografías pero seguía sin imaginar que los fragmentos dispersos por varios centenares de metros cuadrados del fondo del mar, a casi 100 metros de profundidad, podían ser los del «Lighting P38» que pilotaba Saint-Exupéry para fotografiar las posiciones alemanas en la Francia ocupada.

La primera pista le llegó el pasado mes de septiembre, cuando un pescador encontró en sus redes, cerca del lugar en el que había tomado las fotos, un brazalete del escritor.

Hace tres días volvió a sumergirse en el mismo sitio para poder confirmar sus sospechas con nuevas pruebas.

Lugar secreto

Vanrell se niega por el momento a revelar el lugar exacto en el que localizó los supuestos restos del avión, siguiendo las recomendaciones de los responsables del patrimonio cultural, ante el temor de que esas informaciones atraigan a ladrones de ese tipo de reliquias.

La verificación oficial del testimonio del buzo ha sido encargada a expertos del Departamento de Investigación en Arqueología Submarina.

Por lo pronto, algunos historiadores que han visto las fotografías confirmaron que los datos coinciden con el modelo de avión con el que volaba Saint-Exupéry, que había sido reformado para sustituir el armamento por cámaras fotográficas.

Hasta ahora, había varias hipótesis sobre la desaparición del escritor, entre ellas una avería en el suministro de oxígeno cuando se encontraba a gran altitud, un problema de salud o incluso un suicidio, pero Vanrell privilegia otra que lleva unos meses contrastando por internet con pilotos de la Segunda Guerra Mundial: una colisión con un avión alemán.

En efecto, a unos 50 metros de los supuestos restos del avión de Saint-Exupéry en el fondo del Mediterráneo están los de un bombardero alemán que, por su estado, parece también haber sufrido un choque.

El buzo marsellés, que conserva el ejemplar de «El Principito» de su padre, quien se lo regaló cuando llegó a la edad lectora, señaló al preguntarle qué siente al suponer que ha develado el enigma de Saint-Exupéry que, por una parte, se siente satisfecho, pero por otra se da cuenta de que «es el fin de un mito, el fin de un sueño». (EFE)

El escritor y aventurero nacido en Lyon en 1900, salió aquel 31 de julio de 1944 del aeropuerto corso de Bastia para dirigirse a Grenoble y fotografiar las posiciones del Ejército alemán en la ciudad, pero no se supo más de él.

Se evocó en un primer momento que pudo haber sucumbido a una emboscada en los Alpes o en otro punto de un recorrido que no estaba prefijado de antemano, y también que su avión se hundió en el mar en las proximidades de Marsella.

Pero las incógnitas no hicieron más que alimentar durante décadas una leyenda que ya lo había sido en vida.

En su carrera de aviador fue un verdadero pionero que voló varios años en líneas de correo entre Francia y Africa, en particular la que unía Toulouse y Casablanca.

Más tarde puso en marcha las líneas entre Francia y la Patagonia argentina, una verdadera proeza dado el nivel de desarrollo de la aeronáutica de los años 30, y trabajó como piloto de pruebas y piloto militar.

Su experiencia de una vida de acción se plasmó en su obra literaria, en «Courrier-Sud» (correo sur), «Vol de nuit» (vuelo de noche), «Pilote de guerre» (piloto de guerra), «Lettre a un otage» (carta a un rehén) o su famoso «El Principito». (EFE)