Hacia un mundo más poblado y envejecido

Varios organismos internacionales coinciden en que la población mundial crecerá notablemente en las próximas décadas y tendrá los siguientes rasgos generales: aumento del envejecimiento, de la vida en centros urbanos y de la clase media global. Esto implicará enormes desafíos geopolíticos, que podrían ser aprovechados como inmejorables oportunidades de expansión económica bajo una correcta lectura del fenómeno por parte de los gobiernos de turno. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la población mundial estimada al 2015 es de 7.325 millones, mientras que la proyección para el 2050 es de 9.600 millones. El aumento se dará, esencialmente, en África, cuya población se cuadruplicaría en este siglo, pasando de los 1.000 millones actuales a 4.000 en el 2100. Por otra parte, un reciente estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) titulado “Informe mundial sobre el envejecimiento y la salud” indica que la población mundial, además de aumentar en cantidad, envejece cada vez más rápidamente. La gente tiene menos hijos, la mortandad infantil se ha reducido drásticamente y en todo el mundo las personas viven cada vez más. A nivel global, el número de personas mayores de 60 años se duplicará para el 2050 para alcanzar los 2.000 millones. En América Latina, la población mayor de 60 años aumentará aún más rápidamente: se duplicará para el 2025, según el estudio de la OMS. El trabajo dice que, mientras en el 2006 había 50 millones de personas mayores de 60 años en América Latina y el Caribe, la cifra aumentará a más de 100 millones en el 2025. Este progresivo envejecimiento de la población está ligado a un aumento sin precedentes de la población urbana y la clase media a nivel mundial. Según la ONU, las áreas urbanas, que pasaron del 29,4% en 1950 al 51,6% en el 2010, seguirían creciendo para superar el 67% en el 2050. Esto dará lugar a un boom de megaciudades (áreas metropolitanas con más de diez millones de habitantes) en las próximas décadas, que a su vez tendrán ciudades satélites interconectadas. La mayoría estarán ubicadas en Asia, principalmente en China, país que actualmente alberga al 24% de la población mundial. Con el crecimiento de las ciudades, la clase media se expandirá rápidamente y cobrará mayor protagonismo en la economía global a través de la demanda de más y mejores bienes y servicios. Para la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la clase media mundial pasará de 1.800 millones de habitantes en el 2009 a 4.900 millones en el 2030, donde Asia representará el 66% y el 59% de su consumo. Países como la Argentina, con una bajísima densidad de población, cuantiosas reservas de recursos naturales y un potencial productivo absurdamente subexplotado, están en perfectas condiciones, una vez más, de convertirse en actores relevantes en el nuevo escenario global. De todas formas, cabe destacar que para ello necesitamos de algo que no es menor: una clase dirigente lo suficientemente madura y preparada para planificar e implementar políticas con visión global y de largo plazo, algo de lo que hace por lo menos 100 años carecemos. (*) Politólogo (UCA) y magíster en Políticas Públicas (Flacso). Director de Diagnóstico Político

Patricio Giusto (*)


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