Hallan la «pirámide perdida», la cuarta de Giza

Era más alta y magnífica que la de Keops. Los bloques que la formaban fueron utilizados para otras obras en El Cairo.

EL CAIRO – El faraón Dyedefra, que reinó en Egipto hacia el año 2556 antes de Cristo, hace casi cinco milenios, construyó la pirámide con más altura y magnificencia de las cuatro que se veían desde las orillas del Nilo.

Un grupo internacional de arqueólogos ha descubierto que las ruinas que hoy pueden verse en Abu Rawash, a pocos kilómetros de El Cairo, corresponden a la llamada pirámide perdida, cuyas piedras han acabado con muchas de las leyendas que han rodeado el reinado del que fuera el heredero de Keops.

La noticia sobre este histórico hallazgo arqueológico, publicada ayer por el diario español «El Mundo» añade: «Esta pirámide fue la más alta de todas las del complejo de Giza (Keops, Kefrén y Micerinos) y su piedra era de mejor calidad. Durante años se pensó que no había sido terminada de construir, pero hemos comprobado que no fue así. Sus piedras fueron utilizadas durante siglos para construir en El Cairo», señala Zahi Hawass, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades egipcio.

«Durante los 12 últimos años hemos excavado allí y hemos sacado a la luz gran parte de la historia de la IV dinastía, las luchas por el poder y parte del misterio de la construcción de las pirámides», añadía en la presentación internacional del documental 'La pirámide perdida', una película rodada durante tres años de excavaciones por Canal Historia, que podrá verse en se- tiembre en España.

«Los restos de la pirámide del enigmático Dyedefra no levantan hoy más de 10 metros del suelo. Están en una colina de Abu Rawash, una zona militarizada de acceso restringido. Alrededor el reseco desierto y al fondo, impresiona la negra nube de contaminación de El Cairo», prosigue en su artículo Rosa Tristán.

Hawass cree que el hijo de Keops eligió este lugar a cierta distancia de Giza, el cementerio de su dinastía, porque quería ser independiente de su familia y su alto enclave pondría su tumba más cerca del Sol, su dios.

La pirámide perdida, a tenor de los últimos hallazgos, superaba en 7,62 metros de altura a la de Keops, que tiene 146 metros. Cada una de las caras, en su base, medían 122 metros y el ángulo de inclinación era de 64 grados, si bien una variación impidió que se colapsara.

La pirámide fue levantada con caliza y granito rojo de Asuán. El material llegaba desde 800 kilómetros de distancia por el Nilo. Cada una de las piezas de ese inmenso puzzle pesaba hasta 25 toneladas y se necesitaban hasta 370 personas para moverla.

Una profunda grieta en la tierra, que fue el pasaje de bajada a la cámara subterránea, está ahora al aire libre y ha servido para comprobar que en la primera fase se utilizó argamasa para consolidar el interior donde debía descansar el faraón en su viaje a la otra vida. («El Mundo»)


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