Hay que replantear la salud pública en Río Negro

Carlos Alberto Errecalde*


En esta pandemia se ha priorizado el aumento de complejidad de 4 hospitales cabecera, hoy sobrecargados por pacientes que deberían haber sido contenidos en otros anillos sanitarios.


Me permito dar mi humilde opinión sobre la Salud Pública de Río Negro, y especialmente de mi ciudad Sierra Grande con interés estrictamente académico y para nada político.

Desde hace muchos años las sucesivas administraciones de Salud, quizá por falta de asesoramiento, no han podido mantener el Plan de Salud que hizo que Río Negro fuera modelo para otras provincias patagónicas. El resultado es que se ha desmembrado el tejido sanitario que debe fundamentar la salud de una provincia.

La salud es un derecho comunitario que debe ser conservado y mantenido. Desde el punto de vista preventivo es imperativa la necesidad de cumplir con los planes de vacunación que son los más completos en el mundo, pero también el combate de endemias y plagas como son el chagas y la hidatidosis.

Para esto son fundamentales las visitas programadas y semanales a la zona rural, que actualmente no se realizan con la frecuencia necesaria.

En este momento de pandemia se ha priorizado el aumento de complejidad de cuatro hospitales cabecera, lo cual me parece correcto: Viedma, Bariloche, Cipolletti y Roca. Estos trabajan sobrecargados porque les llegan pacientes del resto de las ciudades de la provincia que deberían haber sido contenidos por el 1° y el 2° anillo.

Esto significa que habría que enriquecer la atención médica con elementos básicos de diagnóstico como imágenes y laboratorio para que el anillo más periférico, como Sierra Grande, pueda tener cubiertas las cuatro clínicas básicas, Clínica Médica, Quirúrgica, Obstétrica y Pediátrica.

En el 2° anillo se agregan a las clínicas básicas las distintas especialidades como ORL, oftalmología, gastroenterología y muchas otras.

Este esquema puede parecer a priori como más costoso cuando en realidad no lo es porque, de tener la complejidad médica y de diagnóstico mínima necesaria, se disminuiría drásticamente el gasto en ambulancias y personal de traslado, mayor cantidad de días de internación en el hospital que recibe y desarraigo del paciente y su familia considerando las largas distancias a recorrer en nuestra provincia.

El otro partícipe necesario es el Ipross, cuya ley de creación preveía la asistencia médica igualitaria para los empleados públicos rionegrinos. Somos una provincia de extenso territorio y grandes distancias a recorrer, y no es igualitario el sistema, no es lo mismo ser afiliado en el Alto Valle que en la Línea Sur o en Sierra Grande.

En las zonas densamente pobladas las consultas a especialistas son a cuadras o a lo sumo a escasos kilómetros. En la Línea Sur o Sierra Grande la mayor complejidad está a grandes distancias.

Concretamente, ahora la pandemia ha puesto sobre el tapete varias líneas a considerar:

1) El Hospital de Sierra Grande, de complejidad 4, tiene en su plantel una obstetra pero no tocoginecólogo, tiene cirujano pero no anestesiólogo; es decir que la mayor parte de los partos y las cirugías debe ser derivada al Hospital de San Antonio. Quiero recordar que está vigente el convenio con la Sociedad de Anestesiología de la Provincia para proveer de profesionales a los hospitales que lo requieran por complejidad.

2) Las derivaciones, de por sí traumáticas y considerando que hay otras patologías distintas al coronavirus que continúan existiendo, se hallan en gran parte bloqueadas, como es el caso de profesionales de San Antonio Oeste que por la pandemia no atienden pacientes de Sierra Grande.

3) Los pacientes oncológicos deben viajar por su cuenta para cumplir con tratamientos semanales a Viedma.

Como corolario, llegamos a esta pandemia con el primer anillo de contención como es Sierra Grande, que no está en condiciones, de acuerdo a su categoría, de brindar los servicios que debería.

Creo que es el momento de replantear la Salud que queremos para la provincia analizando a conciencia la efectividad de cada uno de los efectores que la componen y poniendo en marcha un verdadero Plan de Salud.

*Médico, especialista en Clínica Médica con más de 50 años de experiencia, 47 años entre Valcheta y Sierra Grande; exdirector del Área Programa en el Plan de Salud. Actualmente vive en Sierra Grande.


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