Hombres que piden ir a un “pelotero”

NEUQUÉN (AN).- En la jerga de la noche a los prostíbulos se los denomina casas de masajes o “peloteros”. Estas viviendas tienen características especiales como su color o la numeración resaltada. En su mayoría los clientes son hombres casados. Los taxistas, que trabajan en la noche, saben que si un pasaje les pide ir a un “pelotero” tiene que encarar a cualquiera de los 40 prostíbulos que funcionan en la capital neuquina. “Supongo que les dicen peloteros porque son casas donde se entretienen los adultos”, confió un uniformado. El dato fue ratificado por varios taxistas con una sonrisa cómplice. Los principales clientes de los “peloteros” son hombres casados que acuden por lo general a principio de mes cuando han cobrado sus haberes y hacen un desembolso que en promedio supera los 150 pesos. A los prostíbulos se los puede identificar porque pintan las fachadas con un color llamativo, en la mayoría de los casos, y el número del domicilio se hace bien grande y en blanco para que sea visible en la noche. La actividad de los prostíbulos es seguida de cerca por efectivos de la división de Delitos Sexuales y Trata de Personas. “Son lugares que no podemos clausurar ni nosotros ni el municipio. Además no hay una legislación que impida desarrollar la actividad en el ámbito privado”, concluyó la fuente policial consultada.


NEUQUÉN (AN).- En la jerga de la noche a los prostíbulos se los denomina casas de masajes o “peloteros”. Estas viviendas tienen características especiales como su color o la numeración resaltada. En su mayoría los clientes son hombres casados. Los taxistas, que trabajan en la noche, saben que si un pasaje les pide ir a un “pelotero” tiene que encarar a cualquiera de los 40 prostíbulos que funcionan en la capital neuquina. “Supongo que les dicen peloteros porque son casas donde se entretienen los adultos”, confió un uniformado. El dato fue ratificado por varios taxistas con una sonrisa cómplice. Los principales clientes de los “peloteros” son hombres casados que acuden por lo general a principio de mes cuando han cobrado sus haberes y hacen un desembolso que en promedio supera los 150 pesos. A los prostíbulos se los puede identificar porque pintan las fachadas con un color llamativo, en la mayoría de los casos, y el número del domicilio se hace bien grande y en blanco para que sea visible en la noche. La actividad de los prostíbulos es seguida de cerca por efectivos de la división de Delitos Sexuales y Trata de Personas. “Son lugares que no podemos clausurar ni nosotros ni el municipio. Además no hay una legislación que impida desarrollar la actividad en el ámbito privado”, concluyó la fuente policial consultada.

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