Ida A. Merani y Juan B. Nielsen: el tren como conexión

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La familia compuesta por Ida y Bernardo fue parte de esa cofradía de trabajadores del riel que vivieron en las colonias ferroviarias, aquellas que cruzaban la ciudad neuquina de este a oeste –hoy parte del Parque Central neuquino– y que le daban a las antiguas localidades o pueblos un sello inconfundible. Moraban en cercanías de la estación de trenes y por ende vivieron toda su historia hasta su desaparición.

Ida Merani era hija de Atilio Merani, italiano, y de Ema Lagier; Juan Bernardo era hijo de Juan Pedro Nielsen y Máxima Abaca. De acuerdo con el relato de una de sus bisnietas, Blas Nielsen (dinamarqués, abuelo de Bernardo) falleció en manos de un personaje llamado Tata Dios. Según el diario “La Nación” fue “una de las peores masacres ocurridas en Argentina: en 1872, 36 personas fueron asesinadas en Tandil. Este hombre se hizo pasar por curandero y vidente y habría desatado la xenofobia en el pueblo”.

Años más tarde, en 1951, la familia Merani Nielsen llegó desde Tandil con el ferrocarril. Una de sus hijas, Graciela Mabel, tenía apenas meses, era la primera, la mayor de las “coloradas”. Alicia Cristina nació en 1953 y Nora Mirian en 1956, ambas en Neuquén, la nueva residencia de la familia. El matrimonio recién llegado vivió en Villa María y otros domicilios, hasta que en 1956 se mudaron definitivamente a la esquina de San Martín e Yrigoyen, en la colonia de los ferroviarios, justo frente a la Farmacia del Pueblo.

En 1971 debieron dejar la colonia y por esas cosas del destino y la suerte accedieron a un departamento en los monoblocks provinciales de Avenida Argentina e Islas Malvinas, lugar en el que Ida vivió hasta su fallecimiento.

Juan Bernardo Nielsen era guarda del ferrocarril y su hija Alicia siempre recuerda cómo viajaba en el furgón de cola acompañando a su padre hasta Challacó o Villa Regina, viajes cortos de unos 200 kilómetros, aproximadamente, entre ida y vuelta. También con alegría y emoción cuando jugaban libremente detrás de la casa de la colonia que daba a la mesa giratoria donde se cambiaba el sentido de la máquina del tren. Los carnavales a pura agua y corridas divertían a las familias completas. Cuando falleció Juan Bernardo, Ida tuvo que salir a buscar trabajo y gracias a la ayuda de Celestino Sagaseta, ferroviario y diputado, consiguió ingresar en la Dirección Provincial de Turismo de Neuquén, donde trabajó hasta su jubilación en julio de 1992. La familia Merani Nielsen es otra historia de luchas y sacrificios que revisten de esfuerzo y amor aquellos tiempos de nuestro territorio. Historias que se entremezclan –a veces, como en este caso– con leyendas que parecen lejanas en tiempo y espacio pero que, por designios del devenir del ser humano, llegaron a estas tierras. Aquí las rememoramos, aquí recordamos a nuestros antecesores para mantener viva nuestra memoria.

Beatriz Carolina Chávez

DNI 6.251.256

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