Incendios forestales en la Patagonia

Desidia, tendidos eléctricos obsoletos, falta de aviones hidrantes o falta de fe religiosa para algunos, terrorismo mapuche, del sector minero o del sector inmobiliario para otros. Las cenizas de los incendios en la Comarca Andina del Paralelo 42 y otros rincones patagónicos fertilizan conjeturas e intereses contrapuestos.

Sordas a las confrontaciones políticas y fieles a su estrategia evolutiva, las piñas de los pinos alcanzados por el fuego cumplen con su destino y liberan millones de semillas aladas.

Denuncia penal, investigación y búsqueda de los incendiarios, ayuda solidaria, movilizaciones y reclamos, patotas gremiales e infiltrados, subsidios, lenta reconstrucción y rápido olvido mediático. Mientras tanto, miles de semillas de pino por metro cuadrado de suelo ya esperan su turno para germinar bajo el bosque quemado y más allá.

La ecuación es simple, e implacable. No alcanza con un fósforo sin la confluencia de combustible, oxígeno y temperatura adecuados, pero cuando esas condiciones coexisten, el origen de la chispa poco importa.

Investigadores del Conicet, de Universidades, de institutos forestales, y los técnicos de las direcciones provinciales de bosques cuentan con suficientes evidencias que vinculan las invasiones de pinos exóticos sobre la recurrencia, intensidad y propagación de los incendios en Patagonia, en un círculo vicioso difícil de romper una vez instalado.

Así como las generaciones de piñas y semillas se siguen acumulando a la espera de nuevos ciclos de incendios e invasiones, el conocimiento se acumula a la espera de alguna chispa que lo ponga en movimiento.

Certeramente se afirma que “todo incendio es político”, porque ajeno al concepto de igualdad, el fuego descontrolado generalmente perjudica a muchos y reditúa a unos pocos.

En contraste con la política de “apagar incendios”, el desarrollo de conocimientos desde el sistema científico y técnico de nuestro país debería servir para anticiparse a los problemas y minimizar los daños a favor del bien común. Ganar previsibilidad como país también depende de mantener y profundizar a largo plazo los actuales esfuerzos por estrechar la brecha entre la ciencia y las políticas públicas.

¿Dónde y cuándo será el próximo incendio? ¿Cuánta gente resultará afectada? ¿No es tiempo de movilizar el conocimiento y la experiencia acumulada en políticas de prevención?

Pedro Laterra

Investigador Principal del Conicet – Fundación Bariloche.

DNI 13.464.721

Bariloche


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