Inicios de la vida municipal en el territorio nacional neuquino


Mesa receptora de votos en una elección Municipal: allí están el señor Carazo, Arsenio Martín, Miguel Mango y, de pie, el Sargento Ricardo Guzmán, que custodió el tesoro provincial en el traslado capitalino.

La sanción de la ley 1532 creó los Territorios Nacionales, fijó sus límites y los sometió a la jurisdicción directa del Gobierno Federal. Además, estableció, de acuerdo con el aumento de la población, la instalación progresiva de autoridades locales autónomas. El artículo 22 de esta ley disponía que cuando una localidad alcanzase el número de mil habitantes tendría derecho a erigirse en municipio autónomo, y elegirían los vecinos a los cinco miembros que constituirían el Concejo Municipal encargado de dirigirlo.

Una vez asentada la capital, el Gobernador Carlos Bouquet Roldán gestionó ante el Poder Ejecutivo Nacional el decreto de diciembre de 1905, por el que se autorizaba la constitución del gobierno municipal en la capital del territorio ya que había superado los mil habitantes. En marzo de 1906 resultaron electos Pedro Linares, Joaquín Portela, José M. Pérez, Miguel Mango y Domingo Mazzoni. Al sortearse los mandatos resultó electo presidente Pedro Linares; investigación realizada por el historiador Juan Carlos Roca

Ya en el último tramo del año, el primer gobierno municipal se disolvió debido a la escasez de recursos: su mínima población fue remisa en pagar tributos, como por ejemplo el faenamiento y abasto de carne, actividades que se veían afectadas porque aún no se tenía un matadero. Otro punto no menos importante fue el control municipal sobre casas de tolerancia, su higiene y los permisos para celebrar bailes en el lugar.

En mayo de 1906 se dictó una ordenanza y se nombró médico al Dr. Julio Pelagatti. En 1908, el gobernador Elordi retomó y revivió la municipalidad y se nombró el 1 de febrero al periodista Abel Cháneton como presidente: este realizó una intensa y activa gestión. En mayo de 1909, Enrique Nordenström fue nombrado presidente de la Comisión Municipal. Se enfrentó con las autoridades de Ferrocarriles del Sud debido a la arbitrariedad con que el jefe de estación Neuquén abría y cerraba las tranqueras que comunicaban los sectores alto y bajo del pueblo.

En la foto que acompaña este escrito, perteneciente al Archivo Histórico Provincial, observamos la mesa receptora de votos en una elección Municipal: allí están el señor Carazo, Arsenio Martín, Miguel Mango y, de pie, el Sargento Ricardo Guzmán, que custodió el tesoro provincial en el traslado capitalino. En 1911 se llamó a elecciones para constituir el Concejo Municipal. Con el respaldo del gobernador y del pueblo, Chaneton -que de 1911 a 1914 ocupó la presidencia- realizó una gran labor al frente del gobierno municipal: estableció el servicio de recolección de basura, alcantarillas y drenajes y gestionó ante el gobierno nacional la construcción de un hospital y la red de agua corriente. Se ocupó de la higiene y salud de la población ante un brote de escarlatina, y activó la construcción del matadero municipal, entre otras relevantes acciones.

Las calles se tapaban de arena por las tormentas de viento o lluvia, y el alumbrado público se hacía con lámparas de querosén, estableció el gravamen “contribución territorial”, que se cobraba sobre el valor de la propiedad. En mayo de 1914 Chaneton dejó el Concejo Municipal, pero continuó ocupando la banca de concejal elegido por los ciudadanos. Hasta 1919, Miguel Mango participó en el Concejo Municipal: era el jefe de su partido Unión Vecinal, y había sido Juez de Paz, comerciante, abastecedor de carne y transportista.

En abril de 1916 -gestión Mango- se concretó la primera red de agua corriente, realizada con un subsidio tramitado por Chaneton ante el congreso de la Nación; la compra de una fracción de tierra a orillas del Limay para instalar la bomba. Por distintas opiniones, el ambiente estaba muy enrarecido para aplicar la ordenanza municipal del servicio de agua corriente, hecho que motivó una reacción contra las autoridades municipales, manifestaciones callejeras, cierre de comercios, pedido de intervención a la comuna y renuncia de dos concejales. Numerosos escollos políticos debieron superarse, a lo que se sumaba el cobro de altos impuestos.

En vísperas de elecciones municipales, homenajeo a aquellos hombres, inmigrantes, arribados a la Norpatagonia a ponerse a trabajar para ordenar acciones de una novel comarca.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios