“Inseguridad en Cipolletti. Estoy convencido de que las cosas seguirán como hasta ahora”

Estimado intendente, le escribo estas líneas por dos situaciones que considero estrechamente vinculadas y que me afectaron. En primer lugar, por la mañana, mi casa –ubicada en Río Paraná entre Juan XXIII y Bolivia– fue objeto de un intento de robo a plena luz del día. Aparentemente tres delincuentes en moto intentaron forzar la puerta con una barreta o herramienta similar. Por suerte una vecina los vio y llamó inmediatamente a la policía. En ese momento los ladrones se fueron para regresar media hora más tarde, momento que coincidió con la llegada de los efectivos policiales que respondieron el llamado recibido 30 minutos antes pero, como estaban a pie, no pudieron perseguir a los delincuentes, quienes se escaparon con absoluta facilidad ya que andaban en moto. En segundo lugar, por la tarde, mientras recorría la ciudad en busca de presupuestos para reparar la puerta forzada y más elementos de seguridad a fin de reforzar los ya existentes en mi casa, fui parado dos veces por operativos de Tránsito; para mi sorpresa, había seis agentes en cada uno, con motos a su disposición cómodamente estacionadas. Cuando llamé a la policía para consultar por esta situación anormal en la que no había agentes para custodiar los bienes –o, más aún, la integridad física de los ciudadanos– pero sí a agentes de Tránsito que estaban labrando actas de infracción, me informaron que esa decisión era “política” y que por eso la policía asistía a esos operativos. Mi consulta es, estimado, ¿ésa es realmente la política del municipio a su cargo? ¿Distraer agentes del orden para que los inspectores de Tránsito puedan hacer multas que engrosen los ingresos municipales? En los dos años que llevo viviendo en este barrio sólo en tres ocasiones –repito, en dos años– he visto agentes policiales en la cuadra de mi casa, y en una de ellas se debió a que el vecino de enfrente fue víctima de la operatoria de la que la casi fui objeto: dos individuos en moto forzaron la puerta y le robaron el LCD. Lo mismo les ocurrió a los vecinos de al lado: en horas de la siesta ingresaron a su casa y les robaron el LCD. Y frente a la plaza de Bolivia y Circunvalación ingresaron a otra casa, en horas del día, y robaron también un LCD. Con anterioridad a este intento de robo en mi casa habían ingresado a la entrada para autos y robado una silla de bebé y otros efectos personales de mi auto. Desde ese momento el auto tiene alarma y mis hijos mascota, ya que es evidente que debo por mis propios medios proveerme de las medidas de seguridad que la ciudad no presta a sus habitantes. Llama la atención la total impunidad con que actúan estos delincuentes, impunidad que se ve reforzada en muchos casos porque son menores pero, mucho más importante aún, porque saben que la policía es absolutamente impotente para combatir el delito, totalmente incapaz de atrapar delincuentes aunque los tenga enfrente, como fue el caso. Cabe señalar que esta incapacidad no es necesariamente culpa de los agentes, que hacen lo mejor que pueden pero que deben enfrentar sus tareas totalmente desprovistos de los elementos esenciales para cumplirla, ya que ni siquiera cuentan con movilidad. Volviendo al inicio de esta nota, entiendo que desafectar agentes que deberían estar ocupándose de su función específica –esto es, garantizar la seguridad ciudadana– para afectarlos a un operativo de Tránsito es por lo menos poco oportuno, aventurado y contrario a toda lógica. Lamento también escribir estas líneas como una suerte de catarsis personal, ya que estoy convencido de que lamentablemente las cosas seguirán como hasta ahora, con ciudadanos librados a su propia suerte y recursos como en el estado de naturaleza de Hobbes, mientras el Estado mira para otro lado y relega la seguridad ciudadana, convirtiéndola en un área más a completar en el organigrama. Guido Copello, DNI 24.659.877 – Cipolletti

Guido Copello, DNI 24.659.877 – Cipolletti