Intimo de Kirchner

BUENOS AIRES (ABA).- El hombre designado por el gobierno nacional como embajador en España, Carlos Bettini, fue compañero de estudios universitarios y de militancia del presidente Néstor Kirchner en la Universidad de La Plata.

Junto al actual primer mandatario, Bettini formó parte del núcleo de la Juventud Universitaria Peronista, un movimiento de izquierda en el que entre otros también actuaba el actual subsecretario de la Presidencia, Carlos Kunkel. Al asumir Héctor Cámpora, todos asistieron al acto en Plaza de Mayo para pedir por la libertad de los presos políticos, y después (destaca el diario «El Día» de La Plata) lo hicieron personalmente ante el gobernador designado, Oscar Bidegain.

Perteneciente a la alta sociedad platense (los Francese Bettini), uno de sus pasatiempos preferidos durante su época juvenil fue la práctica del rugby.

Pero en la etapa del Proceso militar, Carlos Bettini perdió a varios integrantes de su familia: su padre Antonio, un hermano, una abuela, un cuñado. Su esposa Edith Peirano desapareció en 1977 en una visita al país cuando los dos estaban exiliados.

Uno de los temas más espinosos en los años de plomo fueron las causas de la tragedia familiar.

Algunas fuentes le atribuyen a Bettini haber acaparado armas clandestinas en una fábrica de su padre, mientras otra fuente en diálogo con este diario deslizó la hipótesis de que en realidad ese sitio podría haber sido parte de la ruta del dinero de los Graiver que terminó en Cuba.

«Fue el único militante activo de Montoneros de la familia y como consecuencia de su comportamiento expuso al resto», confió a un interlocutor el fallecido ex guerrillero, Mario Galimberti.

Sin embargo, Bettini dice otra cosa, como que su padre fue un intelectual católico, ex juez federal, que nunca tuvo una fábrica. «Jamás se me encontraron armas, ni dinero», aseguró.

En reuniones íntimas reconoce que siente una especie de culpa por lo que le ocurrió a sus familiares, pero no en el sentido de ser responsable, sino por haber sido el único militante de la familia. Y en el caso de un cuñado, apunta que fue víctima de los «vuelos de la muerte» (como consta en el juicio que se le sigue en España a Adolfo Scilingo) debido a cierta simpatía con los «montos».

Sin embargo, Bettini no fue sólo uno de los amigos de estudios de Kirchner. También tiene una relación similar con Felipe González, el hombre más influyente de la administración socialista de Rodríguez Zapatero.

En 1977 se exilió en España, donde obtuvo la residencia cuando el premier era Adolfo Suárez. Pero su crecimiento político y a nivel de relaciones públicas comienza cuando el poder en España pasa a manos del socialista Felipe González. Durante su estadía en Europa, Bettini «trabó una profunda relación de amistad con el presidente español», señaló el matutino platense citado en noviembre de 1988, cuando González visitó la Argentina.

En la «madre patria» se desempeñó como funcionario (asesor de la Defensoría del Pueblo) y trabó amistades con políticos clave de la administración del PSOE.

Pero antes, Bettini había oficiado como apoderado de Isabel Martínez de Perón, con quien en abril del 1990 donaron todos los bienes del ex presidente Juan Domingo Perón a la Fundación Argentina por la Paz y la Amistad de los Pueblos, a cargo de Mario Rotundo (primero ultra- menemista y luego distanciado del riojano), quien le terminó iniciando acciones judiciales a aquellos argumentando que los bienes patrimoniales nunca llegaron a destino.

De regreso a la Argentina, se desempeñó como asesor del ex Procurador General de la Nación, Nicolás Becerra, y del ministro de Justicia de Menem, Elías Jassan (muy cercano al desaparecido empresario postal, Alfredo Yabrán).

En un rol empresario pero vinculado con el poder, entre 1993 y 1996 Bettini se constituyó en director de Aerolíneas Argentinas tras la privatización de la compañía aérea.

Por si faltaba un dato como prueba de su «metamorfosis política», tras la llegada a la Casa Rosada de Fernando de la Rúa, Carlos Bettini (soltero, dos hijos) se acercó a los «sushis» trabando relación con el hijo de aquél, Antonio, con quien cumplió al traerle a Felipe González en otra de sus visitas al país (incluso el español estuvo al día siguiente de la renuncia de De la Rúa).

A modo de recompensa, según Patricia Bullrich, el ex funcionario radical Lautaro García Batallán, frenó la denuncia que lo comprometía por ofrecimiento de sobornos en la construcción de cárceles que quedó radicada en el despacho de la Oficina Anticorrupción.

Nota asociada: Revuelo por el hombre elegido por el presidente para ocupar la embajada en España  

Nota asociada: Revuelo por el hombre elegido por el presidente para ocupar la embajada en España  


Exit mobile version