Javier Darroux es el nieto 130 recuperado por Abuelas de Plaza de Mayo
El joven había sido dado en adopción en CABA, en 1977. La búsqueda continúa para él, ya que se estima que su madre desapareció embarazada de dos meses en diciembre de ese año.
La Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo reveló hoy la identidad del nieto recuperado número 130, en conferencia de prensa. Se trata de Javier Matías Darroux Mijalchuk, hijo de Elena Mijalchuk y Juan Manuel Darroux, ambos desaparecidos en diciembre de 1977. Si bien el anuncio oficial se había hecho el último lunes, este jueves se concretó la presentación pública.
Como sucede en todos los casos, la emoción envolvió a los presentes durante el anuncio. Según relataron, «gracias al trabajo conjunto de Abuelas, la CONADI y el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), Matías pudo encontrarse con su familia, saber su origen biológico e iniciar otra búsqueda –la de su hermano o hermana–, ya que al momento de la desaparición, Elena estaba embarazada de dos meses«.
«Al momento del secuestro, Juan Manuel, Elena y el pequeño Javier Matías, ya vivían en Caseros. Lo último que la familia supo sobre Juan Manuel fue a través de sus primos Luis Molina y Domingo Carmelo Graziadio, a principios de diciembre de 1977», explicaron. En el caso de su madre, «la mujer asistió a una cita el día de Navidad del mismo año, junto al pequeño; esa fue la última vez que los vieron».
De acuerdo a lo que se pudo reconstruir, Javier fue entregado en guarda para a adopción a un matrimonio en la Ciudad de Buenos Aires. La búsqueda por su identidad la inició en 1999, ya viviendo en Córdoba.
Finalmente, «en octubre de 2016 el Banco informó que el perfil del hombre coincidía con el de la familia Darroux Mijalchuk, pero las causas de desaparición de sus padres aún continuaban indeterminadas. CONADI derivó el caso a la Unidad Fiscal que profundizó la investigación y luego la presentó ante la justicia federal, donde hasta hoy se siguen recabando datos y testimonios» indicaron desde la organización.
«El tío Roberto Mijalchuk recibió el llamado tan esperado a ese teléfono fijo que nunca había dado de baja» se reinició esta historia.
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