Jugar sin Messi, otra vez

¿Y ahora qué? A arreglárselas, otra vez, sin Leo Messi. A Barcelona le tocan pocos partidos, accesibles, y siempre al inicio de los campeonatos. A la selección del Patón Bauza, en cambio, la nueva ausencia de Messi le cae cuando comienza su proceso y las victorias son más necesarias porque siempre es bueno iniciar ganando. Y, además, porque la eliminatoria de Rusia 2018 entra en su etapa decisiva.

Acaso por eso se escuchó ayer a Bauza hablando de modo inusualmente crítico sobre Barcelona, tras advertir que Leo jugó cuatro partidos en doce días.

Casi inevitable, el diario catalán Sport tituló ayer en su edición on-line: “Bauza ataca al Barça”. La crítica fue inusual porque Bauza suele ser más diplomático. No en el sentido de quedar bien con todo el mundo, pero sí en el de mantenerse siempre lejos de polémicas inútiles, acaso las que más ama el periodismo. Por otra parte, todos saben que sacar a Messi, desde el inicio o antes del final, siempre (o casi siempre) es fruto de un acuerdo previo con Leo. Porque quiere jugar siempre. En Barcelona y en la selección. ¿Y si fue acaso Leo el que le dijo a Luis Enrique que estaba en condiciones de jugar estos últimos cuatro partidos en doce días? Como fuere, Luis Enrique saltó como un resorte del banco apenas Leo se lastimó solito ayer contra el Atlético del Cholo Simeone.

Messi, se sabe, es irremplazable. Para Barcelona y para la selección. Imposible un jugador que se acerque a sus características. Ante todo, que se acerque a su desequilibrio. Barcelona ya verá cómo se arregla. Tiene material suficiente.

¿Y la selección? Hay, como nunca, muchos centrodelanteros. Higuaín, el Kun, Tevez, Pratto, Dybala, Alario y, reclamando espacio con sus goles, Icardi. Higuaín y Kun parecen tener el derecho de la vieja generación. Dybala-Icardi podrían ser hoy los mejores representantes de la nueva, aunque Bauza haya expresado su predilección por Alario.

En México ‘70, Brasil jugó con cinco números 10. Y en la final del Mundial de Clubes 2011 contra Santos, el Barça de Guardiola jugó sin delanteros de punta. Es decir, a Bauza le sobran números 9. Pero le faltan generadores de juego. Y eso, sin Messi, se hará aún más difícil de sobrellevar.


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