Juntos configura su propia oposición


El PJ no gravita ni como intermediador entre Arabela Carreras y Alberto Fernández. Y el macrismo se desvanece. Así el partido provincial arma la estrategia de las dos caras.


Juntos, el partido que Alberto Weretilneck fundó para darle anclaje político a su gobierno tras la muerte de Carlos Soria, está a punto de dar un paso trascendente, que puede darle profundidad a su poder o hacerlo desaparecer, llegado el caso. Los matices que hasta principios de este año le daban la frescura de lo heterogéneo pueden mutar hasta hacer insoportables las diferencias.

La paradoja de que algo que puede destruir una construcción política de 9 años tiene a su vez la capacidad de darle fortaleza, radica en que el partido provincial está a un paso de crear su propia oposición, en parte por un proceso que Weretilneck permitió pero sobre todo porque enfrente el gobierno de Arabela Carreras no tiene oposición.

Si no fuera porque el Movimiento Popular Neuquino lo inventó mucho antes y le sigue dando muy buenos resultados, gobierno y oposición, el yin y el yang, en un solo espacio sería una innovadora manera de supervivencia de Juntos, un partido que, como muchos, tiene poco de ideología y mucho pragmatismo.

Con el jefe de Policía Daniel Jara se va uno de los últimos bastiones de Weretilneck en el gobierno de Carreras; se aleja porque con Betiana Minor en Seguridad la relación no es la misma que con Gastón Pérez Estevan. A la radio LU19 le dijo esta semana que la gobernadora le había pedido que se quedara un tiempo más, pero los desalojos de tomas en El Foyel y Roca precipitaron la salida.


La gobernadora se sigue deshaciendo de los funcionarios que había nombrado Weretilneck. Ahora le tocó el turno al jefe de Policía: se va Jara y llega Tellería.


Jara es reservado. No le gusta hablar y prefiere evitar a la prensa. Con él la fuerza volvió a estar bajo la conducción de un policía.

El perfil del reemplazante de Jara, Osvaldo Tellería, es bien diferente. El Ruso, como lo apodan, vive en Carmen de Patagones pero fue durante muchos años jefe de la comisaría Segunda de Bariloche; de ahí se conocen con la gobernadora.

A Tellería le falta poco para terminar la licenciatura en Seguridad Ciudadana de la Universidad Nacional de Río Negro e hizo seminarios hasta en China. Se capacitó en derechos humanos y en perspectiva de género, que no es poco.

Un peronista

El intendente de Viedma, Pedro Pesatti, es peronista y tiene su corazón en el kirchnerismo. “¿De qué turismo hablan los que hablan de turismo? La pandemia se nutre del movimiento de personas. Y el turismo es movimiento”, disparó en Twitter desde el Oriente, mientras en Occidente su par Gustavo Gennuso no sabe cómo abrir la economía de Bariloche sin que se disparen los casos.

Este debate es coyuntural. Hay diferencias que se hacen más profundas cada vez que la gobernadora saca a un funcionario del gobierno anterior (Land, Domingo, Pérez Estevan, Jara) y coloca a gente más afín.

El PJ parece perdido sin un líder en la provincia. Nadie levanta la mano para ponerse el partido al hombro y todos permiten que el gobierno de Carreras no precise de ningún nuevo Pichetto para conseguir obras o recursos frescos de Nación para llegar a fin de año.

Lo que alguna vez fue la UCR y su sucedáneo, en macrismo, navegan demasiado lejos del poder en Río Negro.

Los que tuvieron que irse sin que se los echara fueron Verónica Olea Picapietra y Alejandro Nahuelquín, alias Taca, luego de que a ella le encontraran tres millones de pesos en efectivo en la camioneta oficial de la Secretaría de Energía de la Provincia. Él tenía un cargo de director de asuntos del tradicionalismo; ella era directora de Energía Aislada y manejaba el reparto social del calor (leña y gas) en la cordillera.

Nahuelquín era la persona de confianza que Weretilneck tenía en los barrios de Bariloche para el reparto social y Olea Picapietra trabajaba en la cartera que conduce la actual pareja del senador, Andrea Confini.

De todos modos, se apuraron demasiado los que relacionaron a los dos exfuncionarios y la falta que cometieron (lavado de dinero) con el senador y la Secretaria de Estado. En la cerrada Justicia Federal de Bariloche se los acusa de un delito más común que político.


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